La curiosa historia del hotel del Algarrobico

AlgarrobicoEl Hotel del Algarrobico es ilegal por muchos motivos pero fundamentalmente por dos, porque está construido en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar y porque invade los 100 primeros metros de servidumbre de protección de la costa.

Se preguntará el lector ¿Cómo es posible que se concediera licencia de obras en un espacio protegido, no urbanizable? La explicación es muy sencilla, el Algarrobico aparecía en la planimetría oficial del Parque Natural con un nivel de protección C1 (áreas naturales de interés general) pero una buena tarde y sin que nadie se enterara, la Consejería de Medio Ambiente cambió la letra C1 por otra, la D2 (áreas urbanizables). De esta forma tan simple e ilegal transformaron un espacio protegido en urbanizable, es decir modificaron un Decreto del Consejo de Gobierno Andaluz, a las bravas, sin expediente alguno.

Lógicamente el plano que tiene valor legal y efectos frente a terceros es el plano publicado en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, donde el Algarrobico figura como espacio protegido, no urbanizable, zona C1.

Esta maniobra pictórica de cambiar subrepticiamente una C1 por una D2 es lo que el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Almería ha calificado como “burda maniobra”. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha sido más suave en sus expresiones, sólo lo ha llamado “triquiñuela”. Al final del artículo pueden ver la “burda maniobra, o triquiñuela”.

Pues bien, ha habido ya una veintena de autos y sentencias del Tribunal Supremo, Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Audiencia Nacional etc. diciendo que el Hotel del Algarrobico invade la servidumbre de protección y el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, pero todavía no ha habido una sentencia firme que diga que la licencia de obras es ilegal.

Esa sentencia tan esperada tenía que haber salido el día 25 de febrero último pero el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha dicho que pospone su publicación diez días por la complejidad del asunto. Si esta sentencia finalmente anula la licencia de obras, las administraciones ya no tendrán más remedio que demoler el edificio para restablecer la legalidad urbanística.

Pero ¿qué han hecho el PSOE y el PP durante estos últimos años? Pues la respuesta es muy curiosa. El proyecto, o más bien, el desaguisado, fue obra del PSOE puesto que este era el partido que gobernaba en las tres administraciones, la municipal, la autonómica y la central, cuando se tramitó el proyecto. Sin embargo, en fechas recientes, a la vista de las reiteradas condenas judiciales, el PSOE ha cambiado astutamente su postura, ha pasado de las declaraciones de la entonces Consejera de Medio Ambiente, Dña. Fuensanta Coves, en diciembre de 2005 diciendo “el Hotel puede ser feo, pero es legal” a decir “hay que demolerlo”.

Este cambio de postura del PSOE es totalmente comprensible, es soltar la patata caliente y decir donde dije digo, digo Diego. Lo que ya no es comprensible es que el PP andaluz haya adoptado como propia la susodicha patata caliente y defienda el Hotel a capa y espada.

Así tenemos que a pesar de las sentencias, autos, providencias, decretos, órdenes ministeriales, etc, contrarias al Hotel, el Ayuntamiento de Carboneras, controlado ahora por el PP en coalición con los independientes, se dedique a presentar mociones en las distintas mancomunidades de municipios almerienses pidiendo la apertura del Hotel. En estas mociones defendiendo el Hotel, los alcaldes del PP votan a favor y los del PSOE en contra, o se abstienen. Verlo para creerlo.

D. Gabriel Amat, Presidente del PP y de la Diputación Provincial de Almería, ha defendido públicamente al Hotel el pasado martes día 25 de febrero, confirmado así que el PP está dispuesto a adoptar como propio uno de los mayores escándalos de la provincia, protagonizado por el PSOE. El despropósito no sólo es de carácter político, también lo es judicial. En un Estado de Derecho no se debería permitir, sin reproche penal, que personas, partidos, o instituciones, instiguen a la ciudadanía a incumplir lo acordado con carácter firme por los tribunales de justicia.

La “burda maniobra, o triquiñuela”, según se mire..
plano algarrobico