Terrorismo

Les Misérables
Ni despotisme ni terrorisme. Nous voulons le progrès en pente douce.
Victor Hugo (1802-1885)

La derecha franquista, a la que simplemente bastaría con llamar borbónica, defiende el derecho de su aristocrática marquesa a llamar terrorista en sede parlamentaria nada menos que al padre del Vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, Secretario General de PODEMOS, en un Gobierno de coalición progresista cuyo Presidente es el socialista Pedro Sánchez, Secretario General del PSOE.

La dictadura franquista, al igual que el gobierno de Vichy en Francia durante la ocupación nazi, perseguía a los luchadores por la Libertad acusándolos de terroristas, ya luchasen estos con las armas en la mano o ya lo hiciesen con la pluma desde la redacción clandestina del periódico Combat, como lo hicieron Albert Camus o Jean-Paul Sartre.

Entre los “terroristas” de La Resistance se encontraban: el asturiano Comandante Robert; Geneviève de Gaulle Anthonioz, sobrina del general De Gaulle, deportada a Rovensbrück, que da su nombre a una plaza en el distrito XV de París; el Coronel Enri Rol-Tanguy, jefe de la Resistencia, que da su nombre a una avenida en el distrito XIV de la capital, militante del Partido Comunista Francés; Jean Moulin, director del Consejo Nacional de la Resistencia, detenido, torturado y asesinado por la Gestapo.

El himno de la Resistencia, Les chants des partisans, nos muestra el heroísmo del maquis en su lucha contra el terrorismo nazi-fascista.

La tradicional habilidad de la monarquía borbónica para el engaño y la ocultación precisa de colaboracionistas bien situados. Por ejemplo, la RAE, cuando surgió el movimiento social del 15M, y su resultado político PODEMOS, añadió precipitadamente una tercera acepción a la palabra terrorismo, cargada de ambigüedad, abriendo así la puerta de la lengua castellana a una interpretación torticera del concepto, facilitando, por tanto, el ejercicio de un poder despótico.

Quizá estos lumbreras de las FAES pretendan hacernos creer que la señora marquesa, auxiliada por la ultraderecha monárquica, tan surtida de aristócratas y generales de sable oxidado, es capaz de derribar, mediante un coup de majesté, a un Gobierno legítimamente constituido. Ello implicaría, sin duda, graves consecuencias para la Corona, pues llovería sobre mojado: un rey que tira la piedra y esconde la mano.

Es obvio que estamos ante un complot, pues lo hacen a voz en grito.

Todo este estruendo no es más que un revival de la Transición, que tan buenos dividendos dio a la monarquía y a sus cortesanos de las finanzas. Es el viejo truco del palo y la zanahoria. Crean una situación golpista, para tensar la situación, esta vez sin tanques en las calles.

Ciertos personajes, pretendidamente de izquierdas y de la derecha franquista más rancia, bien instalados en suculentos consejos de administración, mueven precipitadamente sus peones.

Al parecer intentan persuadir al rey Felipe VI -comandante supremo de las Fuerzas Armadas, incluida claro está la ultraconservadora Unión de Oficiales de la Guardia Civil- que emule a su padre Juan Carlos I, con el patriótico propósito de salvaguardar su disoluta Corona y los turbios intereses que representa.

Para ello señalan a Pablo para derribar a Pedro, que es la autentica pieza que desean cobrarse.

Nuestro compañero Fernando Reinlein, Presidente del Foro Milicia y Democracia, valeroso periodista de investigación en aquellos tiempos turbulentos de terrorismo de Estado (23-F, GAL, etc.) aporta elementos de juicio muy valiosos para valorar la situación:

“…seguiríamos investigando las tramas golpistas, pero esta vez no miraríamos a los cuarteles, miraríamos a los despachos, a los consejos de administración y a los palacios. Hoy, para dar un golpe de Estado en España, no hacen falta los tanques”.

Alerta, pues, compañeras y compañeros.

Manuel Ruiz Robles es Capitán de Navío

Referencias:

De banderas, guerras civiles, asonadas y golfadas

Casado sostiene a Álvarez de Toledo y sólo FAES la reivindica en medio de la indignación creciente en el PP

Le chant des partisans