Las bases jurídicas del estado español, están sustentadas sobre… ¿sobre qué?, ¿de dónde procede la legalidad y la legitimidad de España como estado?, ¿de la Constitución de 1978? Vamos a ver si es verdad…
El 18 de julio de 1936, con la firma de Franco, el ejército sublevado dicta un Bando, que supone la ruptura total con todo el corpus jurídico de la República contra la que se rebela. Este Bando es el primer ladrillo sobre el que en tiempos posteriores, el estado franquista irá construyendo su arquitectura legal, con la que justificará sus crímenes y afianzará el imperio de la arbitrariedad de su dictadura, hasta el final.
El 22 de noviembre de 1975, dos días después de la extinción de Franco, Juan Carlos de Borbón es proclamado Rey. Sin elecciones, ni referéndum, ni nada, solo por voluntad expresa del propio “caudillo”. ¿Su legalidad?, la del Bando de Guerra de 1936, y su legitimidad, la sustentada en la Ley de Sucesión de 22 de julio de 1969, o lo que es lo mismo, una ley ilegítima basada en otra anterior de la misma naturaleza.
En consecuencia, la Ley de la reforma política de 1977, carece de legitimidad propia, porque obvia el último eslabón democrático, legal y legítimo que supuso la II República, y da un salto en el vacío sin invocarla, subvirtiendo esa falacia tantas veces escuchada de que se pasó “de la ley a la ley”. Se celebra la consulta bajo estado de alarma en las Fuerzas Armadas, que vigilan y amenazan todo el proceso con el ruido de sables en los cuarteles, bajo el acecho de un Estado Mayor integrado por los generales que Franco tuvo bajo su mando durante la guerra civil, por lo que unas elecciones en un ambiente de golpe de estado, no pueden ofrecer garantías de legitimidad y menos aún de legalidad.
Los grandes partidos de la derecha y de la izquierda emergente, PSOE y PCE incluidos, no permiten la candidatura de partidos republicanos históricos, como Izquierda Republicana, por lo que al más puro estilo Juan Palomo, acuerdan la celebración del Referéndum-trampa de 1978: FRANQUISMO SIN FRANCO O DEMOCRACIA CON REY, pasando por alto la posibilidad de que los españoles decidiesen qué forma de estado preferían: Monarquía o República, decidiendo el trágala ofertado en un ambiente electoral pre-bélico, con los tanques de la Acorazada Brunete calentando motores, en la víspera del referéndum del 6 de diciembre de 1978.
O el Rey o el caos, era la opción. Y ya sabemos quién gano.
De esta manera la fuente del derecho de la Monarquía –la secuencia de los hechos lo acredita- no procede de unas elecciones, ni de un referéndum realizado con las suficientes garantías de libertad y concurrencia, si no como el final del engranaje de las leyes franquistas transmitidas a través del tiempo, sin que en ningún momento se rompiese esta rodadura engrasada de ilegitimidad y de ilegalidad democrática, que hubiera permitido a los españoles decidir la forma del Estado Español. Monarquía o República.
Llegados así al momento presente, comprobamos que la única fuente de derecho del actual régimen monárquico español, no es otra que un Bando de Guerra pronunciado a golpe de corneta y de bayoneta, hace 81 años.
Seguimos pues en el LXXXI Año Triunfal. Nos lo acaba de recordar el Coronel de la AALOG 61 de Valladolid, Juan de Cobos Navarro, quién por su cuenta y en la Orden de la Agrupación, el pasado día del 18 de Julio publicaba esa efemérides con lenguaje hábilmente calculado, recordando la efemérides de aquel golpe de estado, sin condenarlo.
Oficial del Ejército del Aire, investigador histórico.