Ha fallecido un héroe del 25 de abril portugués

 

Ha fallecido nuestro querido compañero de armas, el coronel del ejército portugués Álvaro Fernandes.

Álvaro Fernandes fue uno de los capitanes de abril que derrocaron a la dictadura de Marcelo Caetano en 1974. El capitán Fernandes se hizo célebre en septiembre de 1975 cuando era el responsable de recibir el armamento proveniente de Angola y Mozambique. En aquellas fechas, el capitán Fernandes estaba alineado con el grupo del mayor Otelo Saraiva de Carvalho que entonces era responsable del Comando Operacional do Continente (COPCON) una especie de policía militar entre cuyas misiones estaba la custodia del armamento procedente de las colonias portuguesas.

El capitán Fernandes, en vez de almacenar el armamento, lo repartió entre los obreros del cinturón industrial de Lisboa y los campesinos del Alentejo. Desaparecieron al menos mil ametralladoras G3 del Depósito General de Material de Guerra, en Beirolas, al norte de Lisboa.

Cuando se destapó el escándalo, nadie sabía del paradero de las armas. Su responsable máximo, el mayor Otelo, estaba en Cuba. A su regreso a Lisboa fue abordado por una multitud de periodistas que le preguntaron por el paradero de las ametralladoras. La famosa respuesta de Otelo fue: “Sé por lo menos que las armas las tiene la izquierda y eso es una satisfacción muy grande. Si estuviesen en manos de la derecha sería peligroso. Como se encuentran en la izquierda, para mí están en buenas manos.”

El capitán Fernandes tuvo que abandonar Portugal y refugiarse en Argelia donde coincidí varios meses con él. Acababa de publicar el libro “Portugal nem tudo está perdido.” A través de Osaba, un cura de Cristianos para el Socialismo que se hizo del PNV tras visitar Camboya, Álvaro encontró trabajo de bibliotecario en París.

En el verano de 1977 el capitán Fernandes apareció por Madrid y me pidió el favor de que intercediera ante las autoridades portuguesas para que le permitieran volver a Lisboa. Hablé con el capitán de navío Carlos Contreiras, que a su vez habló con el mayor Melo Antunes, y ambos, por motivos exclusivamente humanitarios, pues políticamente estaban en bando opuestos, se comprometieron a gestionar el regreso del capitán Fernandes a Portugal, para lo cual pidieron que éste permaneciera en Madrid varios meses mientras tramitaban su vuelta.

Álvaro vivió varias semanas en Madrid rodeado de admiradores antifranquistas hasta que una noche se fue de copas con Jesús Ynfante, autor del best seller de Ruedo Ibérico, “Génesis y Desarrollo de la Santa Mafia” que ocasionó una grave crisis en el Opus Dei. Jesús Ynfante, natural de Ubrique, y Álvaro Fernandes se subieron a un taxi a eso de las tres de la madrugada y resultó que el taxista era también de Ubrique. Los tres cogieron una gran borrachera que acabó en el aeropuerto de Barajas, con Fernandes metido en el primer avión que salía para Lisboa.

Fernandes pasó sin problemas la aduana del aeropuerto de Lisboa y se fue a su casa a dormir. Al cabo de unas horas fue detenido y estuvo en prisión varios meses. Pasado el tiempo, todos los militares que participaron en la revolución de los claveles se reconciliaron y formaron la Asociación 25 de Abril de la que formaba parte Álvaro Fernandes, que fue rehabilitado y pudo reingresar en el ejército portugués donde alcanzó el grado de coronel.

Los militares portugueses estuvieron al borde de una guerra civil en el verano caliente de 1975 pero fueron capaces de superar sus diferencias y ahora conviven con absoluta normalidad, situación que aquí todavía no se ha dado por las peculiaridades de la Transición.

El capitán Fernandes fue un militar revolucionario que, sin distinción de ideologías, gozó del aprecio de sus compañeros de armas a ambos lados de la frontera.