Carta abierta al Teniente General José Carrasco Gabaldón

Mi General, este Teniente, el que suscribe, no entra a valorar las motivaciones que le inducen a adherirse a la petición que desde la FNFF se dirige al Papa Francisco; pero, vista ésta, tengo que señalar que está muy equivocada en su argumentación, o quizá intenta sorprender la buena fe de Su Santidad, a saber:

Se ha dado en llamar a la guerra de España del año 1936 guerra civil. A mi modo de ver no cumple las premisas para ser tal, ya que en su inicio no hay dos bandos de españoles enfrentados. La guerra comienza a raíz del fracaso de un golpe de estado perpetrado, entre otros individuos, por el General Franco. Estos individuos eran parte de la oligarquía nacional, iglesia, militares, banca, etc., lo que no tiene la categoría necesaria para ser un bando en guerra. Del otro lado estaba la población en general que no quería para nada una guerra en la que todos, quitando la oligarquía mencionada, iban a salir perdiendo. Tema de otro debate histórico son las causas de ese golpe, de por qué esa oligarquía quiso deshacer lo que no pudo durante el bienio negro por medios legales.

Falta a la verdad la misiva al Papa cuando dice que la dictadura a partir del año 1941 “hace una labor descomunal de generosidad y clemencia”. Justo ese año los alcaldes de todos los municipios de España comienzan a responder, a requerimiento del fiscal instructor de la “Causa General”, si en su municipio ha habido víctimas a causa y durante la vigencia de la “dominación roja”. Esta Causa General sirvió para perseguir con testimonios basados en el rencor y nulas garantías jurídicas a miles de españoles. (Estos documentos están a disposición pública y digitalizados en el portal PARES).

De esta Causa y la anterior Ley de Responsabilidades Políticas se puede decir, desde una perspectiva histórica y sin tintes políticos, que son una venganza de Estado de parte del régimen de Franco.

Dice también la misiva a la que se adhiere, que España alcanzó bajo el franquismo “cotas de progreso y bienestar difíciles de igualar”; mi general, con el debido respeto, esa afirmación es de traca. A principios de los años 60 yo mismo, con mis padres y como miles de españoles, fuimos obligados por la pobreza, y en muchos casos la miseria, a tener que emigrar. En mi caso a Alemania, que apenas veinte años antes provocó y sufrió la segunda gran guerra mundial. Todavía tengo esa visión de un país que parecía del futuro en contraposición a una España que había vuelto al siglo XIX.

Finaliza la carta al Papa diciendo “si ceden a las pérfidas pretensiones del Gobierno español se convertirán en colaboradores necesarios de un hecho de imprevisibles consecuencias, todas malas”.

Este párrafo resulta cuando menos inquietante. Parece que subyace en él una amenaza. No se sabe si al mismo Papa, al gobierno de España o al currito que levante la lápida. No debería un mando como Vuecencia suscribir tal afirmación. Al menos otros mandos como Vuecencia, cuando estaban en activo y ejercían responsabilidades, es lo que nos enseñaban.

Para mí, aun estando en Reserva, tengo claro que sigo a las órdenes del gobierno de España, el que sea que el Pueblo haya elegido, me guste o no me guste.

Sin otro particular queda a sus órdenes,

Teniente en la reserva, miembro del colectivo de militares demócratas Anemoi.

PD: No le parece triste, mi general, que cuarenta años de experiencia en el servicio me hagan ser cauto a la hora de firmar esta carta abierta y Vuecencia se queda “tan pichi” firmando junto a la FNFF. Sin duda V.E. es un valiente.