Un acto castrense de desagravio para el cabo del Ejército de Tierra Marco Santos
Ha sido gracias a los medios de comunicación que se han hecho eco de la sentencia de la Sala Quinta del Tribunal Supremo, anulando la sanción que llevó a la expulsión del Ejército de Tierra al cabo destinado en Sanidad Militar Marco Santos, por lo que la noticia se ha difundido, de lo contrario este hecho hubiera pasado desapercibido entre las páginas del BOE, procediéndose en consecuencia como un acto administrativo más, y la injusticia y prevaricación de la sentencia que lo condenó, y la identidad de los mandos superiores que impusieron la sanción, jamás se hubiesen conocido.
El cabo Marco Santos debería de dejar el Ejército de Tierra con honores militares, antes de pasar a la reserva por haber cumplido la edad reglamentaria. Su expulsión tuvo trascendencia pública, además de repercutir de forma dramática en la vida del afectado y de su familia, de forma moral, anímica y económica, que no serán resarcidos totalmente por esta resolución.
Al reconocerse formalmente en esta sentencia la inocencia del cabo Marco y la improcedencia de su castigo, tendría que ser la propia autoridad militar que se lo impuso u otra de rango superior, la que presidiendo una formación militar con bandera y banda, rindiese pública y solemnemente honores de despedida a un militar que, pese a la modestia de su empleo, supo en un momento dado dar un paso al frente, en defensa de los valores democráticos desafiados por un contingente de almirantes generales, jefes y oficiales de los tres Ejércitos y de la Guardia Civil, que suscribieron un manifiesto de adhesión a la memoria de Franco y de censura al Gobierno, por su decisión de trasladar sus restos desde el Valle de los Caídos.
Floren Dimas
Oficial del ejército del Aire.
Presidente de ACMYR (Asociación Civil Milicia y República)
Oficial del Ejército del Aire, investigador histórico.