“El militar de carrera en España”, un hito en la historia militar

En junio de 1967, Julio Busquets publicaba su tesis doctoral de sociología, El Militar de carrera en España en la editorial Ariel. Desde antes de la guerra civil no se publicaba un libro sobre el tema, ni dentro ni fuera de España, lo que sin duda rompía un tabú. Pero, además, su autor era un militar profesional en activo que ya estaba marcado por sus ideas demócratas. Su tono era aséptico, descriptivo y en ningún momento se criticaba al régimen. Por otra parte, recibió numerosas elogiosas críticas, tanto desde el mundo académico como del militar, incluyendo a prestigiosos militares franquistas y altos cargos políticos. Pero su éxito hizo que los servicios de información del ejército se fijasen en él, por lo que al editarse la segunda edición se acusó a Busquets de haberlo publicado sin permiso. Estaba en el punto de mira por sus ideas democráticas, y cualquier excusa era buena para acosarle, señalarle, aislarle y tratar de que abandonase el ejército. Al final le costó un arresto por la primera edición y por la segunda -en donde añadió algún párrafo más duro que criticaba la excesiva influencia de Fuerza Nueva en las salas de bandera- un año de procesamiento del que al final salió absuelto, pero no sin antes haber sido el libro secuestrado de las librerías durante más de año.

El mérito de la obra reside, ante todo, en que es pionera, inaugura la sociología militar, el estudio de una sociedad cerrada, tutora y vigilante de la vida política como era el ejército, rompiendo un silencioso miedo que hasta ese momento atenazaba a toda la intelectualidad española. Sin ninguna duda los estudios posteriores de sociología, historia, política, etc. que se redactaron sobre el papel del ejército de Franco, e incluso sobre periodos anteriores, no hubiesen nacido sin esta obra de Busquets que mereció ser citada miles de veces en los posteriores estudios. En segundo lugar, sirvió de concienciación, de estimulo reflexivo e intelectual para cientos de militares que, gracias a sus páginas, comenzaron a pensar, a razonar y, por tanto, a poner en cuestión, el papel de las fuerzas armadas en el Franquismo y, en consiguiente, en la historia de España y, de paso, la naturaleza de la misma dictadura. Y, en tercer lugar, y posiblemente este fue el elemento que más enervó a los militares franquistas, abrió las interioridades del ejército a la sociedad, rompió su aislamiento, reveló la situación profesional de los oficiales, sus apuros economicos, sus realidades y estrecheces, sus necesidades de pluriempleo, su endogamia, su mentalidad, su formación, sus diferencias generacionales, sus orígenes sociales, etc., etc. Con ello desnudaba a la institución y la hacía ver ante los ojos del resto de la sociedad como una profesión más, con sus miserias y virtudes, pero despojándola de la atalaya de superioridad elitista que siempre habían cultivado y de los pretendidos valores elevados, patrióticos y religiosos, que enarbolaban. Este acercamiento a la sociedad suponía comparación con las otras profesiones como una más y, por tanto, la devaluación del papel de tutor que siempre había cultivado el ejército de Franco, dejando sin justificación cualquier tendencia militarista que muchos albergaban en las últimas décadas del franquismo. Sin duda, rompía el esquema de valores, la imagen y la doctrina en que se basaba el ejército de Franco. Un disimulado, pero poderoso torpedo en toda la línea de flotación de su naturaleza política.

Por todo ello no creemos que sea exagerado calificar a El militar de carrera en España, como una de las obras cruciales que minó de modo lento y sutil, pero decisivo, el pilar en el que más fuertemente se basaba el franquismo. Sin duda, la democracia española, tienen una deuda con el libro y el autor.