Bufandas

Se acerca el momento de comprobar cuánto se estira este final de año la Dirección General de la Guardia Civil con la denominada Productividad por Objetivos y ya se manejan cifras oficiosas sobre el particular. Yo siempre digo que hasta que no esté ingresado en el banco es mejor no dar nada por sentado, aunque no espero grandes variaciones sobre sumas abonadas en otros ejercicios. No obstante la verdadera razón de estas líneas es el aspecto más jurídico de la cuestión, no el montante en sí.

La razón por la que los guardiaciviles comenzaron a recibir el concepto retributivo conocido genéricamente como Productividad, a partir de 2006, fue la de regular de algún modo un dinero que se distribuía sin criterio alguno por parte de los mandos de turno, al libre albedrío de cada cual, lo que generaba clamorosas injusticias. A tal fin se alumbró una Orden General para imponer un cierto orden en su asignación. Aquella norma fue duramente criticada por mí, hasta el punto de describirla como un escupitajo en la cara de los componentes del Cuerpo. Y es que, atendiendo a lo que dice la ley al respecto, la Productividad se define como “el grado de interés, iniciativa o esfuerzo con que el funcionario desempeña su trabajo y el rendimiento o resultados obtenidos”, artículo 24.c) de la Ley 7/2007. La pregunta subsiguiente es ¿cómo valorar esos parámetros de forma justa? Resulta evidente la dificultad de la empresa, por eso, quizás, los encargados de hacerlo han optado por una fórmula sencilla, la de abonar la misma cantidad a todos los integrantes de la misma Escala que hayan realizado servicio todo el periodo anual marcado o, al menos, la mayor parte del mismo. Sin embargo, no deja de ser una interpretación del texto legal no adecuado al espíritu del mismo. Pero si la alternativa es volver al libre albedrío antes señalado, pues mejor nos quedamos como estamos, aunque no deja de ser una pena que ciertas mentes pensantes, a las que tan bien se les da interpretar otras normas de forma torticera en detrimento de derechos laborales duramente conseguidos, léase por ejemplo jornada laboral o vacaciones y permisos, no parezcan disponer de materia gris suficiente para elaborar una normativa más acorde con lo que realmente expresa la ley. También pudiera ocurrir que no interesara a unos pocos un reparto más justo del dinero… ¿será eso?

AUGC, yo incluido, lleva años advirtiendo de los desmanes que se producen dentro de la Institución en esta materia. Nuestros cálculos son bastante precisos cuando afirmamos que, del montante total disponible para abonar la Productividad, casi la mitad se la llevan unos 10.000 miembros del Cuerpo. Ahora díganme si, de verdad, esos funcionarios tienen un interés e iniciativa mayor que el resto, o si sus esfuerzos en el desempeño del trabajo son superiores a los demás o si, por ventura, el rendimiento es más sobresaliente que la media o, acaso, los resultados obtenidos por esa élite resultan más extraordinarios de lo normal. Salvando casos puntuales dignos de encomio, la respuesta es negativa. Pero esto es la Guardia Civil, no la Asociación de Guardias Civiles Solidarios, que dicho sea de paso, se parten el lomo en su labor humanitaria y esa sí que resulta digna de encomio. Esperar que alguna cuestión favorable se conduzca por criterios que respeten esa palabra conocida como honor y que usan a conveniencia e interés de unos pocos, es camino seguro a la desilusión. Lo menos que se puede decir del modo en que reparten el dinero en la Benemérita es que sus criterios son iguales a los usados para el reparto de medallas, de comisiones de servicio indemnizables o destinos de mérito.

Y así llevamos casi una década. Lo gracioso, por no decir alguna grosería, es que, cuando tratas estos asuntos con responsables (políticos o no) del Cuerpo, ponen cara de comprensión y se justifican en el hecho de que, por lo menos ahora se conocen las cantidades, no como cuando se repartían sobres bajo manga con cargo a fondos reservados. Vamos, que la mayoría de guardiaciviles deberían dar las gracias de tener ‘bufanda’ y no una soga de esparto alrededor del cuello.