Publicado en Republica.com
Siete escritores musulmanes de países africanos, asiáticos y europeos, todos ellos antiguos prisioneros en la base estadounidense de Guantánamo y autores de obras relacionadas con su vida en la cárcel allí establecida, han publicado recientemente (The New York Review, 29-1-2021) una carta abierta al presidente Biden en la que, sin rodeos, le conminan: «Ahora le toca decidir a usted».
Parece evidente que se trata de un asunto que viene afectando inevitablemente a los presidentes de EE.UU.: Bush creó esa cárcel en 2001; en 2009 Obama prometió cerrarla pero no cumplió su promesa; Trump decidió mantenerla. ¿Qué hará ahora Biden?
Los siete firmantes de la carta estuvieron recluidos en el llamado «Campo Delta» de la base naval, sin estar acusados de cargo alguno, y allí permanecieron sin ser sometidos a juicio. Algunos de ellos fueron secuestrados en sus hogares, ante sus familias, y entregados a países donde sufrieron torturas físicas y mentales. Escriben: «…estamos seguros de que tras más de diecinueve años usted estará de acuerdo en que el súmmum de la injusticia es encarcelar personas indefinidamente, sin juicio, sometiéndolas a torturas y a un tratamiento cruel y degradante, sin contacto con su familia y sin un sistema legal apropiado».
Razón no les falta. Ya en 2014, el Comité de Inteligencia del Senado reconoció que la prisión de Guantánamo formaba parte de un programa de «detención secreta indefinida», en el que se ensayaban nuevos métodos de tortura. Era el núcleo central de una red de cárceles ocultas y centros de tortura de la CIA que, a raíz de los atentados del 11-S, extendió sus tentáculos por gran parte del planeta. Los ignominiosos transportes aéreos de prisioneros que los enlazaban entre sí fueron dejando una huella que ha sido estudiada y analizada en profundidad.
Para los firmantes de la carta, «Guantánamo genera mucha desconfianza en lo que EE.UU. dice o propugna». Los que creen que ese país es la cuna de la ley y la libertad ven que eso es falso. Además, Biden habrá de reconocer que tanto el partido Demócrata como el Republicano han apoyado su creación y su existencia: «Por eso, usted debe enfrentarse a esto y cambiarlo».
Guantánamo es una aberración jurídica que desprestigia a EE.UU. cada vez que se recuerda su existencia y la presencia de una cuarentena de reclusos que aún siguen confinados. No solo eso: además, es la cárcel más costosa del mundo, como mostraba un análisis de la BBC en septiembre de 2019. Por cada prisionero viven allí unas 45 personas, entre funcionarios de la CIA, soldados y contratistas de diversa naturaleza que gracias a ella obtienen sustanciales beneficios.
Cada preso de Guantánamo viene costando a EE.UU. unos 13 millones de dólares al año, cuando en la cárcel de alta seguridad donde está confinado «El Chapo» Guzmán no llega a 80.000$. ¿Por qué pagar una prisión tan costosa? Según algunos analistas, al mantener a los presos en Guantánamo, el Gobierno evita tener que destapar una caja de Pandora: la de los abusos que sufrieron esas personas en los centros de detención ocultos de la CIA.
¿Podrá Biden torcer el brazo de esta Agencia y cerrar definitivamente Guantánamo? Los exprisioneros de la base concluyen así su carta abierta: «Creemos que usted puede cerrar Guantánamo antes de que, en breve, cumpla su vigésimo aniversario».
Alberto Piris es General de Artillería en la reserva