Una misión para alcanzar la misión

La misión del Consejo de Europa, como digo yo, es un “tres en uno”: uno, la protección de los derechos humanos (DDHH), dos, la defensa de la democracia y tres, el cuidado del Estado de Derecho, pero sabe que no podrá cumplirla si antes no logra la igualdad. El Consejo de Europa lanza la “Estrategia de Igualdad entre hombres y mujeres”, una misión para alcanzar la misión. España es uno de los cuarenta y siete Estados miembros de esta Organización Internacional y el plan estratégico para los próximos cinco años le afecta de pleno. Le tiene que afectar de pleno.

¿Qué áreas de trabajo contempla la Estrategia? Estereotipos de género y sexismo; violencia contra las mujeres; acceso equitativo de las mujeres a la justicia; participación equilibrada de mujeres y hombres en la toma de decisiones políticas y públicas; derechos de las mujeres y niñas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo y por supuesto, la incorporación de la perspectiva de género en todas las políticas.

En todas estas áreas hay que adoptar medidas para que la igualdad sea real porque, a pesar de todos los progresos logrados, la igualdad tiene poco de real. Voy a poner el acento en el ámbito de la Defensa, ¿cómo trasladar la estrategia a las Fuerzas Armadas (FAS) españolas?

Respecto a los estereotipos y el sexismo, los ejércitos han sido espacios tradicionalmente de hombres y aún hoy lo son. Los estereotipos de género no les son ajenos. Se sigue vinculando al hombre las ideas de fuerza, agresividad, valor, determinación… Hay que trabajar para acabar con esas ideas preconcebidas que no dejan desarrollar preferencias y oportunidades en cada persona independientemente de su sexo.

También sabemos que la violencia contra la mujer existe en los ejércitos y, aunque es cierto que se ha trabajado elaborando y aplicando protocolos, por ejemplo, frente al acoso sexual en las FAS, también lo es que tienen demasiado que mejorar.

El acceso de las mujeres a la justicia se complica en el ejército. La idiosincrasia de la jurisdicción militar en España es una variable a tener en cuenta, como la de la falta de formación en género de jueces y juezas y la falta de empoderamiento de las mujeres militares. Por otra parte, hay que exigirle al Gobierno español que levante las reservas que tiene hechas a los artículos 5 y 6 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales que hacen posible que se prive de libertad a militares en España por parte de otros militares que no son jueces y exigirle también que se realicen estudios en este sentido de impacto de género.

Las mujeres deberíamos tener el mismo poder e influencia para tomar decisiones fuera y dentro de los ejércitos en las escalas de mando y se deben adoptar por ello medidas de acción positiva si fuera necesario.

También las FAS tienen mucho que aportar al objetivo estratégico de “proteger los derechos de las mujeres y niñas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo”, preparando al personal militar para ser verdaderos agentes de cambio en el desempeño de sus funciones, en misiones dentro y fuera del país.

Y, por supuesto, la incorporación de la perspectiva de género ha de estar en la política de Defensa, porque se asignarán mejor los recursos, se tendrán en cuenta las cuestiones de género en las normas y se gobernará mejor.

Quien nos gobierne tiene que tener entre sus pasiones trabajar en pro de la igualdad. Entonces, cada decisión sobre políticas públicas en cada espacio, también en la Defensa, traerá cambios beneficiosos para todos, mujeres y hombres, y más rápidamente de lo que podemos pensar.

El Consejo de Europa mantiene relaciones estratégicas con la sociedad civil y otras organizaciones que trabajan para promocionar la igualdad de género y de derechos de las mujeres. Como ciudadana y representante de una asociación que lucha por los derechos de los trabajadores y trabajadoras militares, estaré atenta.