En el anterior artículo sobre la historia de la UMD prometí uno posterior hablando de algunos hechos muy notables en el nacimiento o en el desarrollo de esta organización y que enumeré así: el contramanifiesto de 1970; el Centro de Formación de Oficiales Psicólogos del Ejército de Tierra; Pontevedra y Gerona; la revolución de los claveles en Portugal; el 20 de febrero de 1975 en la Capitanía General de Cataluña.
El contramanifiesto de 1970 fue un documento que tuvo muy poca repercusión pero que los fundadores de la UMD siempre recuerdan como un germen a tener en cuenta. Tenemos que situarnos en el entorno del juicio a varios militantes de la banda terrorista ETA, que se inició el 3 de diciembre de ese año en la capital castellana de Burgos. Era el primer macroproceso y la tensión en torno al mismo era mucha. Dado que la jurisdicción castrense era la encargada de procesar a los terroristas, un coronel, en este caso del Arma de Caballería, Manuel Ordovás González, fue nombrado presidente del Consejo de Guerra. En medios abertzales atacaron de forma grave a este coronel e hicieron hincapié en su condición de “caballero”, lo que enfureció a algunos de sus compañeros. Redactaron un manifiesto en favor del coronel y, por supuesto, del régimen y de la jurisdicción militar, y lo firmaron un buen número de oficiales de Caballería, donde el coronel Ordovás era muy popular, sobre todo en ambientes hípicos. El tono del manifiesto enfureció a Julio Busquets que decidió redactar un contramanifiesto que dio a conocer, y a firmar, a varios compañeros, todos ellos en Barcelona. El más entusiasta fue Santiago Perinat Mazeres, pero el momento no estaba para muchas disidencias por lo que solo lograron nueve firmantes más: Juan Mas Salgado, José Ruíz Nicolau, Luis Ramírez Feliú, José Sagrado Insúa, Ángel Pajares Lizarán, Martín Rotger Canavés, Juan Diego García, Luis Fuentes y Gabriel Cardona Escanero. En Madrid no hubo ni una sola adhesión. Este documento se hizo llegar, en mano, al entonces Príncipe de España, don Juan Carlos de Borbón, ya que Juan Más era de su promoción y mantenía con él una magnífica relación. De los once firmantes, cinco estarían en la asamblea fundacional de la UMD.
El militar más citado como no perteneciente a la UMD pero el más influyente en esta organización, Luis Pinilla, era en 1974 el director de la Escuela de Psicología y Psicotecnia del Ejército de Tierra. El cargo de secretario de la misma lo desempeñaba Jesús Martín-Consuegra López de la Nieta, uno de los fundadores y cosecretario de la UMD (junto a José Julve Coll) en la asamblea de la disolución, uno de los importantes, por tanto. Para formar a los oficiales que debían dirigir las funciones de selección de personal en los CIR se habían organizado unos cursos, a los que asistían oficiales con estudios de psicología y otros legos en la materia. Se les separaba según los conocimientos previos y ello permitió que las clases fuesen más operativas y que, también, las relaciones personales fuesen más fluidas. En el curso de los últimos meses de 1974 se lograron algunas afiliaciones y se sembró, especialmente en Madrid, la semilla que germinará de forma muy positiva. Algunos de los alumnos de este curso fueron: Julián Delgado Aguado, Luis Fuentes Sagaz, Ángel Pajares Lizarán, Arturo Gurriarán Granados, Fernando de la Macorra Morales de los Ríos y José Díaz de Tuesta Díez.
La ambición de los fundadores de la UMD siempre fue llegar al máximo posible de compañeros. Barcelona no era, por tanto, el área geográfica exclusiva para la organización. Por supuesto querían contar con compañeros de Madrid, pero no solo. Puestos a destacar otras expansiones me voy a detener en dos ciudades: Gerona y Pontevedra. En Gerona ha desarrollado una buena parte de su carrera Arturo Gurriarán, otra de las personas importantes en la vida de la UMD. Allí está destinado cuando se desplaza con Jesús Martín-Consuegra, ya citado en este artículo, compañeros, amigos, ambos licenciados universitarios en Psicología, junto con sus familias, a pasar unos días de vacaciones a los alrededores de Pontevedra. Allí contactarán con José Fortes, otro de los grandes, a quien conocen bien y saben que comparte sus inquietudes políticas. En la reunión de los tres está el germen de los “úmedos” en Galicia. Posteriormente Fortes contactará con Octavio Vázquez Sotelo, residente en Santiago de Compostela, con quien creará el grupo de activistas en el noroeste. A su regreso en Gerona la actividad militante de Gurriarán será muy activa y fructífera, tanto en la capital como en la base de Sanclemente Sasebas. El noreste, el noroeste, Barcelona y Madrid, los primeros pasos de la organización.
La revolución de los claveles, importante, claro, pero no tanto como se ha querido hacer ver desde posturas contrarias a la UMD. España y Portugal compartían en 1974 su modelo político: una dictadura. A Oliveira Salazar lo había sustituido Marcelo Caetano que será quien entregue el poder al general Spínola al triunfar el golpe de Estado conocido como “revolución de los claveles” por la ausencia de violencia en el mismo. El movimiento de las Fuerzas Armadas, MFA, también citado como de los capitanes, puso en marcha un golpe de Estado que triunfó el 25 de abril. La conmoción que se produjo en España fue enorme ya que el posible contagio se temió en algunos círculos del poder franquista, extremando la vigilancia de los oficiales calificados como “desafectos” por los servicios de información. Pero en España no había ningún movimiento insurreccional en marcha. Solo hubo tres oficiales que se acercaron a los portugueses para contactar y mantener en el futuro relaciones amistosas. Julio Busquets, Luis Otero y José Fortes se acercaron a Portugal en el verano, los dos primeros a Lisboa y el tercero a Oporto, sin conexión alguna entre los dos viajes. Cuando a finales de verano nazca la UMD el debate sobre lo ocurrido en Portugal será recurrente pero siempre, absolutamente siempre, fue rechazada la vía violenta como medio de derrocar al general Franco. Por mucho que la imagen de los claveles fuese amable, no dejó de ser un golpe de Estado, algo que nunca entró en los planteamientos de los “úmedos”.
Cuando ya se han celebrado dos asambleas generales de la UMD va a tener lugar un suceso que marcará el devenir de la organización: la conmemoración del nacimiento de la Academia General Militar. El 20 de febrero es la fecha en la que todos los años y en todas las Capitanías Generales se celebraba de forma más o menos solemne esa misma fecha de 1882 cuando Alfonso XII firmó el decreto de creación de la AGM. En Barcelona se venía celebrando una misa y una comida, y en esta se exponían dos discursos, el primero dictado por un miembro de los oficiales que habían sido formados en Zaragoza en la Segunda Época (1928-1931) y el segundo por otro más joven, de los que habían estudiado en la Tercera Época (1942-…). Ambos eran loas al régimen y tenían un profundo contenido político, lo que fue exagerado en los años de 1973 y 1974. Para preparar esos discursos se venía formando una comisión, meramente formal, que será el vehículo utilizado en 1975 por varios “úmedos” para hacer ver su protesta. Dada la infiltración que la organización tenia en la capital barcelonesa consiguieron ser mayoría y, para sorpresa de los representantes del Capitán General, tomaron una serie de iniciativas muy alejadas de lo tradicional. Tanto Busquets como Julve, en una de las reuniones, pidieron la palabra y hablando en nombre de sus compañeros, quienes les habían comisionado para ello, según dijeron, expusieron la situación del capitán de Ingenieros Jesús Molina Javierre, arrestado por haberse negado a dar los nombres de los líderes sindicales de una huelga habida meses atrás en el Metro, datos que él tenía por ser el capitán encargado de la militarización de ese medio de transporte. No solo eso, además exigieron que una subcomisión redactase el discurso de los oficiales de la Tercera Época, atendiendo a unos borradores que llevaban redactados, a lo que accedió el oficial de Estado Mayor. Cuando el 18 presentaron el borrador, el Capitán General estalló y ordenó el inmediato arresto de Busquets y Julve, que serían sancionados con seis y dos meses, respectivamente, además de los posteriores traslados forzosos a guarniciones alejadas de Barcelona. En la cena solo se dictó un discurso, el que leyó el Capitán General. Varios oficiales, obligados a asistir, pusieron boca abajo sus platos, negándose a tomar nada. Unos meses después se producirán los arrestos, en Madrid y Pontevedra, que pondrán en marcha el proceso 250/75, y en ellos no hay ninguna detención en Barcelona ya que los servicios de información de esta Capitanía General habían dado por descabezado el movimiento “úmedo” en esta ciudad con estos arrestos. Más adelante, ante nuevas informaciones que daban fe de actividad en Cataluña, se abrirá el proceso 186/IV/75 a Enrique López-Amor Ayensa, Juan Diego García y Arturo Gurriarán Granados.
EPÍLOGO
En alguno de los artículos que he dedicado en esta serie a glosar determinados hechos relevantes en la vida de la UMD he hecho referencia a mi intención de dedicar monográficos a ciertas personas, habiendo citado expresamente al general Luis Pinilla Soliveres.
Lamento informar a quienes hayan tenido la paciencia de leerlos que no va a ser así. Con este artículo de hoy doy fin a la serie. Firmo los mismos como integrante de la Junta Directiva de la FMD, circunstancia que puede llegar a su fin dadas las desavenencias surgidas en su seno. El principal objetivo que me ha movido en estos meses de permanencia en esa junta ha sido mantener vivo, y veraz, el recuerdo de lo que fue la UMD y precisamente ese es el motivo de las discrepancias entre nosotros. Yo, y otros compañeros, encabezados por nuestro presidente, Arturo Gurriarán, consideramos que no es razonable que se publiquen en nuestro blog afirmaciones que no respetan la verdad y que se presenten como hechos ciertos. La memoria exige rigor. Afirmar que la UMD fue republicana no se sostiene en ningún documento de la organización. Y lo mismo podemos afirmar de otras expresiones escritas desde el presente queriendo situarlas en el pasado de forma inexacta.
La UMD fue la que fue y no la que queremos decir que fue. Los documentos están ahí para conocimiento de quien quiera saber.
Javier Fernández López
Junta directiva FMD
Teniente Coronel (R) del Ejército de Tierra, profesor universitario y escritor. Fue Delegado del Gobierno en Aragón durante 8 años.