Los genes de la UMD

 

La asamblea fundacional tiene lugar en 1974, en el caluroso verano barcelonés. ¿Pudo ser antes? ¿En Cataluña? Muy diversas circunstancias llevaron hacia esa reunión e hicieron que fuese en ese momento y en ese lugar. Podríamos resumirlas en unas cuantas claves, a las que me gusta denominar los genes de la UMD.

A mi juicio, son cinco: FORJA, Barcelona, la Universidad, Ingenieros del ET y la XIX de Aviación.

Cualquiera que se haya acercado al estudio de esta organización llega a la misma conclusión: en FORJA comienza todo. Hablamos del franquismo, de los años de plomo, y nos situamos en Madrid, en algunos de los barrios más pobres de la capital. Allí llegó Luis Pinilla Soliveres, un joven oficial del Ejército de Tierra, combatiente en el bando sublevado en la guerra civil, hijo de uno de los héroes de los nacionales, y que compatibilizó toda su vida sus dos pasiones: la milicia y la religión. Junto con el padre José María Llanos, jesuita, uno de los grandes heterodoxos de la iglesia en los años franquistas, puso en marcha iniciativas de educación y ayuda a los más necesitados, en la Colonia de los Ángeles, en el Pozo del Tío Raimundo, en Vallecas. Su ideología en sus años jóvenes era falangista, de un cierto romanticismo (para algunos eso es posible) y es en este ambiente donde comienza su labor educativa premilitar. En el curso 1948/49 y de la mano del teniente coronel Joaquín Agullá, comenzaron a prepararse para ingresar en algunos de los tres centros de formación de oficiales de las FAS unos cuantos jóvenes. En 1950 un grupo de ellos forman parte de la novena promoción del ET y dentro de la AGM forman un grupo que pretende profundizar en las enseñanzas del capitán Pinilla. Será años después cuando nazca una academia con el nombre de FORJA, y cuando antiguos alumnos comiencen a utilizar esta palabra (hay que “forjar” hombres íntegros), por lo que cuando, en el futuro, se hable de forja no podamos circunscribirnos solo a ese centro de formación premilitar. Muchos de los integrantes de la UMD estuvieron en alguno de los círculos de FORJA, como antiguos alumnos o incorporados por uno de estos. Sobre Luis Pinilla escribiré un artículo dedicado íntegramente a él, creo que sin conocer a este “monje-soldado” no se entendería lo que supuso la UMD, aunque formalmente nunca estuvo afiliado.

FORJA y Pinilla, Madrid. Sin embargo no será en esta ciudad donde crezca el germen definitivo de la UMD. Barcelona, sin ella no hubiese existido. Voy a dar, antes de nada, un dato concluyente: todos los capitanes del Regimiento Mixto número 4, del Arma de Ingenieros, de guarnición en Barcelona, estuvieron afiliados. Tan franquista era Madrid como Barcelona, o casi, ya que estas cosas son difícilmente medibles. Toda España era franquista. Pero se vivía de forma muy diferente, el ambiente social no era comparable, la capital respiraba franquismo por todos sus poros mientras que en Barcelona había espacios de cierta libertad. Y eso llegaba hasta los cuarteles. Las relaciones que se daban en la capital catalana, dentro de la burguesía, eran impensables en otras ciudades. Había tertulias y centros de ocio donde se respiraba un cierto antifranquismo, amable, no revolucionario, aceptable en sus términos por conservadores y nacionalistas moderados. Como mínimo estas conversaciones llevaban a personas inteligentes a cuestionarse las consignas del régimen y a pensar en que otra España era posible. Oficiales del Ejército de Tierra tenían contacto con aspirantes a políticos del futuro y esas relaciones no eran sospechosas, no alarmaban a los franquistas que frecuentaban esos círculos. Cuando en el verano de 1974 nace la UMD, de los doce fundadores hay diez destinados en Barcelona y, por ello, será en esta ciudad conde se celebre la asamblea fundacional.

La Universidad, ahí se trenzaron alianzas que desembocarían en la UMD. De los pocos espacios de libertad que hubo en España en aquellos años de plomo, la universidad fue el más importante. A las ideas es difícil encerrarlas en un cerco o en una cárcel y así fue como la universidad fue germen de antifranquistas. No se puede afirmar que todos los miembros de la UMD fuesen universitarios pero no se aparta mucho de la realidad decir que la mayoría sí lo fueron. Quienes en los cuarteles veían que la España real no era la que se pretendía enseñar a los soldados buscaron otras fuentes de información. Y las encontraron en la universidad. Allí era más fácil entrar en contacto con otras personas con inquietudes similares y poner en común ideas poco ortodoxas. En algún caso, hasta se encontraban con profesores que compartían profesión militar. Julio Busquets y Gabriel Cardona hicieron una gran labor en las aulas barcelonesas.

Los ingenieros del Ejército de Tierra. Hay una leyenda urbana que dice que entre los militares que visten de caqui los más progresistas son los de ingenieros. No conozco ningún estudio serio que llegue a esa conclusión pero mi experiencia personal, soy uno de ellos, y algunas horas dedicadas al estudio de estos temas, me llevan a aceptar como buena esa leyenda. Si de doce fundadores de la UMD hay cinco de este grupo, entre los “úmedos” también se puede afirmar que los ingenieros fueron mayoría y eso que entre las cuatro armas es de las pequeñas, junto a Caballería. El que Luis Otero y Julio Busquets fuesen los padres de la idea, ambos de ingenieros, también tuvo mucho que ver con la expansión en esa Arma del ET.

Cuando los doce fundadores deciden dar ese paso, su idea es extenderse entre los tres Ejércitos y en las Fuerzas de Seguridad del Estado. Comenzaron por Tierra, todos ellos pertenecían al ET, pero su voluntad era la de contar con algunos oficiales (y suboficiales si había opción) de los otros dos. En Marina no fue fácil, el tradicional conservadurismo de este ejército quedó bien demostrado, pero en el Ejército del Aire sí que hubo una aceptable expansión. Y para entenderla solo hay que citar un nombre: José Ignacio Domínguez Martín-Sánchez, alias Cuchi. Muy concienciado políticamente antes de entrar en la UMD, fue un excelente banderín de enganche entre los aviadores, comenzando por su promoción, la XIX, y continuando con todo el que se puso a tiro. Si hubiese que dar una medalla al proselitismo sería para él, sin duda.

Fuera de estos cinco puntos destacados hay otros que podríamos considerar como importantes, no lo voy a negar. Solo a modo de apunte, sin entrar en más detalles, ya que pienso hacerlo en otro artículo posterior, voy a citar varios que, tal vez, haya quien los crea tan o más importantes que los que yo he destacado. El contramanifiesto de 1970; el Centro de Formación de Oficiales Psicólogos del Ejército de Tierra; Pontevedra y Gerona; la revolución de los claveles en Portugal; el 20 de febrero de 1975 en la Capitanía General de Cataluña

 

Javier Fernández López

Junta Directiva FMD