La pobre Michelle Bachelet

 

En las dos últimas semanas se ha producido un enorme y teatral cambio de estrategia de los EE.UU. en cuatro escenarios principales de acción criminal: el intento de golpe y asesinato de Maduro que, sin lugar a dudas, continúa y continuará siempre; la guerra diplomática y económica contra Venezuela; y el impulso “terrorífico” de la guerra global con el “anuncio”, repetido varias veces” de un ataque inmediato a Irán. Como reacción a esta estrategia se ha desencadenado una respuesta muy seria:

 

El escenario Bachelet

 En el escenario diplomático Michelle Bachelet (apuesta principal, diplomática y “mediadora” de Donald Trump) ha pasado de enana política a ente en trance de desaparición durante este proceso. En sus tiempos fue llamada por Chávez -después de un encuentro importante en el que se discutían estrategias comunes en la relación Europa-América Latina-, “hija de mi General Bachelet”. Nada más que eso, como recalca el analista Sergio Rodríguez Gelfenstein. Una persona atacada, al parecer, por una especie rara del “síndrome de Estocolmo” y después absorbida por la tentación de la integración en el sistema, y por los excelentes cargos remunerados al alcance de una “referente de izquierdas”. Era considerada “oro puro” por los Estados Unidos que después de estudiar al personaje se habían encargado de su instrucción. La transfiguración de Michelle fue sorprendente y casi increíble para muchos latinoamericanos, especialmente chilenos que conocían su origen. Gracias a ella (y a otros que la precedieron) sabemos una cosa más: “La dignidad no se transmite con el ADN”.

Ahora ha demostrado ser, como ex presidenta de Chile y como responsable de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, una persona cooptada totalmente por Washington y por la CIA, incapaz de ser mediadora en los procesos de paz para el continente y para otros países demandante de cualquier lugar del mundo.

El resumen crítico del Informe de Bachelet realizado Gelfenstein -que pueden encontrar en las notas- es el siguiente[1]:

 

¿Por qué entregó un informe previamente elaborado?

El 82% de los datos utilizados por Bachelet provienen del exterior de Venezuela. Esta circunstancia con números exactos, sumado a la trayectoria política de no neutralidad de Bachelet como funcionaria de la ONU, y en sus tiempos de Presidenta de Chile (dos períodos), permite suponer que dicho informe fue elaborado en Washington. Eso ha quedado certificado por el gobierno de Venezuela al comprobar y verificar que el 82% de los datos habían sido recogidos fuera del país. Es decir: en la compacta y casi universal rueda “informativa” del conjunto mediático que compone Falsimedia. El Informe no se hizo después del viaje, concluye acertadamente Gelfelstein, ya estaba hecho. Se había hecho en Washington donde están los rectores espirituales de la responsable suprema del control de las violaciones de los derechos humanos, cuya característica principal es que está fabricada por los EEUU: “made en USA” por lo tanto.

El informe-sumario fue hecho por una funcionaria (Bachelet) con mala reputación en su propia especialidad, los derechos humanos (ya veremos en qué centros adquirió sus amplios conocimientos). La reputación tiene cierta lógica puesto que desde su oficina no se ha ocupado de las más grandes violaciones de los DD.HH. que han tenido lugar en el mundo, ya globalizado en muchos asuntos, durante el ejercicio de su cargo. Su trabajo tiene pésima aceptación a la vista no solo del trabajo realizado, sino, sobre todo, del no realizado.

“Ella nunca ve nada”, “no sabe, no contesta”. Eso es, al parecer, su estado permanente de opinión salvo en el caso de Venezuela. En ese asunto particular le han dictado todo. Tiene costumbre de echarles la culpa a sus subordinados que, según reconoce en las ruedas de prensa, “no le hacen caso”. Así pues, le colocan los papeles.

Si esta es la percepción generalizada que tienen los países que demandan su intervención contra los desmanes imperiales -como máxima funcionaria de la ONU frente a los abusos de los EEUU contra países más débiles-; como, por ejemplo, Palestina o Cuba, incluso Venezuela, tampoco fue una gloria de la historia de Chile durante sus dos presidencias del país en dos mandatos.

Lo primero puede ser fácilmente certificado por muchos países, entre ellos Palestina, Siria, Irán o el Yemen. Lo segundo con la indiferencia ante la Constitución de Chile y la Ley antiterrorista de Pinochet que fue mantenida en lo esencial. Incluso agravada en su utilización contra los mapuches.

Algunos defensores o que sin llegar a ello justifican a este personaje: Michelle, argumentan en plan “podía ser peor” o “mejorar lo existente”, sobre la imposibilidad de enarbolar la verdad o algo que se le parezca un poco. No olvidemos, señoras y señores, que la señora Bachelet tiene que actuar ante una potencia tan resuelta a deshacerse de sus antagonistas o a falsear la verdad en provecho propio como los EEUU. Bachelet podría pensar solo en el riesgo de sus compromisos ante las presiones del más fuerte, pero no lo hace. No es posible que ante las presiones que ejercen sobre ella no haya pensado en su padre, el honorable general Alberto Bachelet torturado hasta la muerte por los esbirros de Pinochet, un general, este último, con rostro y ademanes de fiera que trabajaba también para los mismos defensores de los principios genocidas voceados ahora como “derechos humanos” por Washington.

Bachelet escribe derechito como los manuales de inteligencia del Pentágono o de la CIA, con renglones tan torcidos como los de su dignidad personal no transmitida, por desgracia para los pueblos sometidos a sangre, por su padre.

En la línea justificativa basada en que lo “pasado fue peor”, (argumentaban los defensores de Bachelet hija -como vigilante de la violación de los derechos humanos-) que nada podría superar en materia de lealtades imperiales que las del antecesor de Bachelet en tal responsabilidad. En consecuencia sus funcionarios carecen también de credibilidad ya que el anterior responsable de Derechos Humanos de la ONU fue el príncipe jordano Zeid Raad al Hussein de conocida subordinación a Washington donde hizo una larga pasantía como embajador de Jordania primero y representante de su país en la ONU posteriormente[2].

Resulta lacerante que todavía muchas personas crean en la inocencia o en la imparcialidad de Bachelet cuando toda su carrera política, incluso la más personal referida a la personalidad de su padre sea identificada con su padre de la que es un personaje antagonista. Son muy significativos los centros de estudios en los que se formó este personaje de segunda generación, así como las becas y ONG.s que aportaron fondos para los mismos. Su padre fue un general demócrata y de izquierdas torturado hasta la muerte después del golpe de Pinochet en Chile. Ella es una mujer de derechas, vinculada al Departamento de Estado, al de Defensa y a la CIA.

 

Bachelet y su modelo ejemplar

 En nada se parece su hija, joven militante socialista en aquel tiempo, a este modelo ejemplar. Nada permite clasificarla como un adalid de los Derechos Humanos. Algunos comentaristas hablan de que fue también torturada no se sabe bien si por los agentes de la DINA o por los expertos de la CIA. Lo cierto es que no puede serlo para Venezuela porque fue muy activa y beligerante como fundadora del Grupo de Lima, un conjunto ad hoc de países en el entorno de los Estados Unidos, organizados para propiciar su política en América Latina y de manera muy especial en Venezuela.

El Grupo de Lima es un bloque de vasallos creado para solventar las dificultades que estaba planteando el reglamento de la OEA y la posición de determinados países en esta organización (el conocido “ministerio para las colonias” de Estados Unidos en América Latina).

Un grupo (el de Lima) de obediencia absoluta a las directrices de EEUU dentro de otro conglomerado creado para la intervención militar si eso resultara necesario (la OEA). Por ese camino es fácil llegar a la sospecha de que el empleo del TIAR, cuya intervención ha solicitado ya el “autonombrado” Guaidó y la Asamblea Nacional en desacato, contará –en esta maniobra de los absurdos contrarios al derecho internacional- con la aquiescencia secreta de la funcionaria de alto rango de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet.

Como siempre no moverá ni una ceja ante este ensayo amenazante que podría producir –en el mundo imaginario de Michelles, Guaidós y Bolton- una verdadera matanza humanitariamente poco deseable: verdaderamente genocida.

Para todas esas cuestiones la mala hija del general Bachelet tiene una “respuesta evasiva”, una de sus habilidades personales. Cuando se le preguntó sobre su participación entusiasta en el Grupo de Lima, dirigido fundamentalmente contra Venezuela, ella le echó la culpa a su canciller Heraldo Muñoz alegando que es un funcionario al que “no puede controlar”. La “cara dura” y el cinismo, cuando no la avidez de riqueza, son insuperables.

Como nos recuerda Gelfenstein, “Bachelet es de esos extraños personajes que en política podrían caracterizarse de ´extremo centro’, es decir, no opinar, no comprometerse, dejar hacer, echar la culpa a otros y no asumir responsabilidades”.

 

¿Por qué y cómo fue cooptada por Washington y educada políticamente para trabajar con la CIA?

 La presencia en la política chilena donde fue dos veces Presidenta del país, es de diseño. Después de ser militante, poco significativa, del partido socialista, alguien se fijo en ella para cursar estudios muy edificantes para su actuación futura.

Según detalla Gelfenstein “se marchó a Estados Unidos a cursar (…) una diplomatura sobre estrategia militar en la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE). A esos estudios asistieron doce alumnos: seis oficiales de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad, y seis civiles”. Por su buen rendimiento obtuvo el primer lugar de la promoción, y gracias al patrocinio de la Beca Presidente de la República, continuó en 1997 un curso superior sobre defensa continental en el Colegio Interamericano de Defensa, ubicado en Washington D. C., Estados Unidos. A su regreso en 1998, Bachelet trabajó otro año como asesora del Ministerio de Defensa Nacional”. Curiosamente, a partir de ese momento inició su fulgurante despegue político que la llevó -en tan solo 8 años- a ser elegida presidenta de Chile”.

Todo explica la captación de este personaje escalofriante. Todo indica que difícilmente ha podido desprenderse de la tutoría que el Pentágono ha ejercido en ella.

 

La ley antiterrorista de Pinochet, la Constitución de Pinochet, las grandes empresas y los mapuches

 Durante los Gobiernos de la Concertación siguió utilizando, como Presidenta de Chile, la Ley Antiterrorista de Pinochet para reprimir salvajemente a las organizaciones mapuches que defendían sus territorios ancestrales, a los sindicalistas y a los estudiantes.

14 mapuches fueron exterminados durante las dos presidencias de este nefasto personaje (por presencia o ausencia), que controla ahora la agencia que tiene por misión la defensa de los derechos humanos desde la Organización de las NN.UU. Ella no movió un dedo para aclarar y condenar los asesinatos.

El día 30 de ese mes de enero de 2008, Patricia Troncoso, quien se encontraba en huelga de hambre por 112 días tras ser condenada junto a otros comuneros mapuche a 10 años y 1 día bajo la ley anti terrorista de Pinochet que sigue imperando en Chile, concluyó su ayuno. La noticia habría pasado inadvertida si no hubiera sido porque, acompañada por la madre de Matías Catrileo, le escribió una carta a Bachelet en la que le decía: “Yo quiero preguntarle (…) a usted que fue prisionera política, que fue torturada, siente hoy el placer de torturarnos a nosotros”.

“En otro ámbito, durante la realización en agosto de 2007 en protestas convocadas por organizaciones sindicales descontentas con la política neoliberal de Bachelet, la represión ordenada por ésta dejó unos 50 heridos y 372 detenidos, Los actos estuvieron acompañados de incidentes debido a la fuerte acción de la policía. El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Arturo Martínez, llamó al Gobierno a analizar la violencia, a su juicio “inusitada”, con que actuó la policía. La jornada comenzó cuando miles de manifestantes que salieron pacíficamente a las calles fueron reprimidos con fuerza por carabineros, que detuvo en pocas horas a un centenar de personas”.

 

Nada cambia para que todo siga igual: Las bisagras, la Iglesia mafiosa y el Opus Dei

(…)Continuando con su política de represión al movimiento popular, durante los primeros meses del año 2008 en las ciudades más importantes del país, los estudiantes secundarios y universitarios desarrollaron movilizaciones exigiendo la derogación definitiva del marco legal de educación creado por la dictadura. La respuesta del gobierno de Bachelet fue ponerse de acuerdo con los partidos pinochetistas para aprobar una nueva ley que en lo sustancial dejaba todo igual, toda vez que no modificaba su carácter neoliberal y perpetuaba el beneficio de los que lucran con la educación en Chile.

Para ello, Bachelet jugó el papel de articuladora entre las partidos de derecha que estaban dentro y fuera del gobierno: Democracia Cristiana y los pinochetistas Renovación Nacional (RN) y Unión Democrática Independiente (UDI) en la oposición, así como con la desprestigiada y mafiosa iglesia católica, el Opus Dei y otros actores que se han enriquecido con la educación en el país.

 

La resistencia mapuche y la presidenta y ex presidenta Bachelet

“Vale la pena recordar también que a finales de diciembre de 2010, un cable de Wikileaks hizo público que un documento obtenido de la embajada de Estados Unidos en Chile fechado el 7 de febrero de 2008, hizo patente que la entonces ex presidenta Bachelet había pedido apoyo de inteligencia a Estados Unidos para dar seguimiento a la “radicalización” del conflicto mapuche y sus posibles contactos con “otros grupos terroristas extranjeros”. Con ello, Bachelet mostraba ya no solo su talante represivo, también permitió constatar su verdadera identificación nacional al estar dispuesta a ceder la soberanía de Chile autorizando al gobierno de una potencia extranjera a inmiscuirse en los asuntos internos del país, a fin de reprimir al pueblo lucha por sus legítimas demandas”.

“En fechas más cercanas, ya durante su segundo gobierno, la organización pro estadounidense Amnistía Internacional, ante la desfachatez por el desconocimiento del Estado chileno de los derechos humanos, se vio obligada a recomendar al Estado de Chile una serie de políticas en favor del respeto de los derechos humanos. Precisamente, hicieron mención a la aplicación de la Ley Antiterrorista. En este sentido, la Secretaria General de esa organización, Irene Khan, afirmó en 2008 que: “Los pueblos indígenas son muy discriminados y marginados en Chile, y se ven a sí mismos como víctimas de una estrategia económica que está destruyendo su vida y su sustento”. A este respecto, Hernando Silva, coordinador jurídico del Observatorio Ciudadano, al referirse a la aplicación de esta ley en los gobiernos de la post dictadura dijo que : “La criminalización de la protesta social indígena, que ha sido un fenómeno que surgió durante el Gobierno de Lagos, fue una tónica que se repitió durante el gobierno de Michelle Bachelet, por cuanto se utilizaron figuras penales excepcionales para desvirtuar los procesos de reivindicación de derechos de las comunidades mapuche“.

 

La estrategia imperial en el consciente de Bachelet

 “El tiempo transcurrió y el olvido se hizo eco del pueblo chileno que reeligió a Bachelet en 2014 para un nuevo período presidencial de cuatro años. Uno de sus planes emblemáticos fue una vez más la represión del pueblo mapuche. Para esto diseñó la denominada “Operación Huracán” que configuró acciones nunca antes vistas, ni siquiera en tiempos de la dictadura. La disposición de montajes de operaciones de falsa bandera al más puro estilo del gobierno colombiano de Álvaro Uribe que condujo a acusaciones de líderes mapuche para justificar la más brutal represión contra ellos, fue el sello más importante de este segundo gobierno de Bachelet. El funcionario que dirigió las operaciones, alto dirigente del partido socialista de Chile realizó reuniones con autoridades judiciales, policiales, con fiscales y abogados para construir una trama a objeto de criminalizar a los líderes mapuche. En lo más alto de la cúpula de este criminal entramado se encontraba el ministro del Interior y la propia Presidenta Bachelet, tal como lo denunció Rodrigo Román, abogado de la Defensoría Popular en declaraciones a la Radio de la Universidad de Chile.

Continuando con su estela de represión, en septiembre de 2016, la lideresa mapuche Juana Calfunao fue condenada a 5 años de cárcel por negarse a aceptar la construcción de un camino que pasaba por su propiedad. Su caso es un paradigma de la actuación de Bachelet.

 

La protección de los EEUU y sus amigos desde la ONU

Bachelet siempre guardó silencio como presidenta y lo sigue haciendo en su nueva función de proteger a los amigos de Estados Unidos desde la ONU mientras utiliza su cargo para atacar a los que lo resisten, actuando de la manera servil y rastrera que la caracteriza. Incluso, inmersa en una patología conocida como Síndrome de Estocolmo, se ha encargado de proteger a los militares incursos en la violación de derechos humano durante la dictadura no moviendo un dedo para que fueran eliminados las cárceles cinco estrellas donde asesinos, violadores y torturadores pasan su maravillosa existencia en condiciones materiales óptimas… Sobre esta patología con terribles resultados está todo dicho. Basta con añadir que la hija del General Bachelet actúa para facilitar que historias de crueldad como la que sufrió su propio padre se repitan en toda América Latina.

Así, en el desempeño de su más reciente responsabilidad, Bachelet guarda absoluto silencio frente a las brutales violaciones de derechos humanos de las monarquías árabes aliadas de Estados Unidos, no opina sobre los ataques de Israel al pueblo palestino, no se inmuta ante el desastre humanitario que Arabia Saudita está produciendo en su guerra contra Yemen, tampoco se ha enterado que en Colombia todos los días asesinan activistas sociales, de derechos humanos y desmovilizados de las FARC, ha asumido mudez absoluta ante los crímenes del gobierno de Honduras, no se ha dado cuenta que todos los meses la policía de Estados Unidos asesina a ciudadanos negros solo por esa condición, ni ha hecho mención a la brutal represión y exterminio de migrantes en Estados Unidos y ha emitido una débil voz en la imprescindible condena a la ilegal detención de Lula.

“Ella sabe que la sola evocación de cualquiera de esas flagrantes violaciones a los derechos humanos le haría perder su cargo, por eso prefiere asegurarlo aceptando entregar el informe que Washington hizo sobre Venezuela”.

“Resulta curioso darse cuenta de que, a diferencia de los otros tres presidentes de su alianza política que le precedieron, los que entregaron el poder a otro miembro de esa coalición, Bachelet en dos ocasiones traspasara el bastón de mando al pinochetismo en nombre de Sebastián Piñera y que, en ambos casos, Estados Unidos le consiguiera un puesto en un organismo internacional para asegurarle una huida económicamente provechosa. Uno inocentemente podría preguntarse ¿Para quién trabaja?”

Bachelet jamás jugará con fuego

“Ella ha cumplido su parte y con Venezuela lo ha hecho con creces, con el mismo ímpetu, dedicación y esfuerzo con los que participó en la fundación del Grupo de Lima, creando condiciones nuevamente para justificar una intervención militar en Venezuela. Debe saber que si ello ocurriera, deberá ser acusada como una criminal de guerra, cómplice del genocidio que sobrevendrá.

Quiero repetirlo –añade Gelfenstein- no me interesa el informe que haya hecho Bachelet, no tiene ninguna validez, toda vez que fue elaborado antes de su visita al país, además según dicen los que lo leyeron, no incorporó ninguna de los datos que aportó el Estado venezolano, es decir fue un juicio sin derecho a defensa.

No se trata del informe, incluso si todo lo que ahí se dijera fuera verdad, el problema es si esa oficina posee real autonomía e imparcialidad para hacerlo y si la persona que lo conduce tiene la autoridad ética y moral para dirigirla. Evidentemente no. En esa medida es que carece de valor el informe que ha hecho. La impronta de su vida política anula la validez del informe”.

Ella actuó como lo que es, una persona sin opinión que funciona a favor de quien le paga, nunca ha tenido criterio propio para nada, alejada de cualquier ética o compromiso con la humanidad. Hasta cuando su hijo, funcionario en La Moneda bajo su mandato presidencial, realizó actividades fraudulentas que la justicia está investigando, dijo que no sabía nada. Nunca sabe nada, otros saben por ella, otros piensan por ella”.

“Fue acusada de haber transmitido literalmente a la ONU un informe sobre el respeto de los derechos humanos en Venezuela. Si no recuerdo mal fue Elisa Neumann quien en un vídeo ampliamente difundido en la red pronuncia una frase demoledora: “la dignidad no se hereda”[1], mientras que Sepúlveda Sánchez lo califica de: “Informe Muy parcializado, Deshonesto, y Cobarde y peligroso”[3].

Parcializado por todo lo que ya se ha dicho. Deshonesto por lo que también se ha señalado sobre el ente en disolución Michelle Bachelet. Cobarde y peligroso porque está hecho para facilitar el ataque armado de EEUU a Venezuela y a cualquier otro país de América Latina. El ámbito de trabajo de la Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU. Sepúlveda completa el desinforme de Bachelet con organismos responsables de su elaboración y con actos de atentados contra los Derechos Humanos realizados por la oposición de la oposición y de los estados Unidos y sus agentes en Venezuela. El vídeo que incorpora sus declaraciones es, realmente, muy interesante y aclara mucho los sucesos en este país bloqueado, hambreado y agredido.

 

Venezuela en el epicentro

Venezuela, epicentro de la resistencia en el “Patio Trasero”, ha consolidado unas alianzas capaces de frenar la última guerra de los Estados Unidos y su OTAN en un esfuerzo militar global del Imperio. Su resistencia ha convertido a la revolución bolivariana –tal como quería Chávez- en el primer eslabón de una resistencia global a los Estados Unidos.

[1] Todo el texto, salvo los párrafos iniciales y algunos otros de aclaración y enlace, está compuesto y elegido por mí, pero es textual. Se compone de artículos, comunicados, que considero muy importantes y que, entre todos configuran la situación, a finales de julio, de la guerra defensiva entre Venezuela y sus amigos, y los EEUU y los suyos.

[2] Mi resumen sobre el Informe Bachelet está hecho a partir de los análisis de Sergio Rodríguez Gelfenstein, Elisa Neumann y Sepúlveda Allende.

[3] https://www.youtube.com/watch?v=9jNd86fswy8&feature=youtu.be