Insuficiencias políticas

Publicado en estrelladigital.es

La cifra de 1.515 fue mágica estas Navidades en Cataluña. Reflejó el perfecto empate entre los de la CUP prestos a romper su promesa electoral de no votar a Mas para encabezar la Generalitat y aquellos dispuestos a mantenerla. Esta perfección, contable que no política, trasladó la decisión a sus dirigentes. Su casta, diría Pablo Iglesias que pertenece a la propia de Podemos y juega con el fuego de un referéndum de autodeterminación en el Principado como si fuese una colonia española. Esta casta de la CUP es la que, finalmente, decidió el domingo la suerte de un Mas que siempre abusó de los catalanes.

En el resto de España los partidos parecen hacer oídos sordos a lo que el electorado dijo el 20 de diciembre. Puede, también, que algunos maniobren para que volvamos a las urnas pronto si nadie consigue obtener en las Cortes el apoyo necesario para gobernar. A eso debe de estar jugando Iglesias convencido de que en la próxima curva electoral adelantará al PSOE. Quizás no sea el único conspirador.

Todo sería factible con nuevas elecciones a corto plazo. Ya hay electores dispuestos a cambiar su voto visto el resultado del 20D. Muchos no desaprovecharán esta pronta oportunidad de rectificar su papeleta dando a unos nuevos comicios tan cercanos mayor imprevisibilidad que los del 20 de diciembre pasado.

Ya debieran saber nuestros políticos que cuando no miran por el bien de todos, el electorado suele pasar factura. La cuestión de Cataluña, y otros problemas territoriales, solo podrá abordarse mediante una reforma de la Constitución que tendrá que ser aprobada por todos los españoles con un referéndum y que implicará, en tal caso, otra consulta para un nuevo Estatuto del Principado. Si Iglesias mantiene su pretensión de autodeterminación es que apuesta por incrementar la inestabilidad política para intentar pescar en rio revuelto.

Rajoy ha tirado por la borda cuatro años de mayoría absoluta si se mide el índice de convivencia. Hay una mejoría macroeconómica atribuible en buena parte a medidas sociales despiadadas y a mejoras económicas exteriores a España. Del mismo modo que nos vino de fuera la crisis nos vienen de fuera remedios como la baja del petróleo y el éxito económico de los demás. Constatamos, en cambio, que nuestra sociedad está menos cohesionada, que la brecha entre los que tienen y los desposeídos se ensancha, que las tensiones territoriales están al máximo. Rajoy no ha sabido utilizar su mayoría absoluta para dialogar constructivamente. Solo ha querido imponer. Por ello y por los sms a Bárcenas lo más decente que podría hacer es marcharse.

Ciudadanos consiguió un resultado presentable pero, como los demás partidos, insuficiente. Ni siquiera está en condiciones de dar el Gobierno a Rajoy o a Sánchez. Además, Rivera parece no querer participar en la responsabilidad de gobernar. Difícil de entender. Demasiado cálculo. Al igual que Iglesias actúa ya sin la frescura emergente. Al acceder al Parlamento se están incorporando ambos a la casta dirigente. Ahora hace falta que se mojen. Excesivamente fácil es criticar sin responsabilidades y vender burras sin certificado veterinario.

El PSOE tiene una papeleta complicada. Difícilmente se podrá lograr un gobierno sin su implicación. El PP quiere su apoyo pero sin ofertar nada a cambio. Solo quiere pleitesía, no un acuerdo. Un entendimiento así sería para los socialistas un suicidio. Descartando un arreglo con Podemos por su postura sobre Cataluña y su falta de fiabilidad, lo único factible sería un Gobierno en el que además de los dos clásicos esté necesariamente Ciudadanos. Rajoy podrá presumir de ser su partido el más votado pero su rechazo por el electorado es más amplio. Su marcha facilitaría el dialogo pero, sobre todo, una oferta pública de compromisos aceptables para los otros dos partidos con plazos de ejecución detallados tras una negociación que puede ser larga. Con un pacto bien negociado un PSOE unido podría obtener una mejora importante de las condiciones socioeconómicas y conseguir las necesarias modificaciones de la Constitución. Si el PP, a quien incumbe ahora formar gobierno, no actúa responsablemente será el culpable de un desbarajuste nacional y de la repetición electoral.

Mientras, seguimos sin dar suficiente apoyo a Francia y a otros en la lucha contra el terrorismo yihadista que cede territorio en Irak frente a los Peshmergas kurdos y ante tropas iraquíes motivadas y entrenadas por los occidentales. ¿Seguirá España en el limbo internacional a cuenta de que sus partidos no se entienden?  ¿Nos seguirán cubriendo otros las espaldas? Mala cosa cuando este terrorismo, que condiciona nuestra vida, puede ser derrotado en los territorios del propio Califato. No hace falta mandar tropas de combate allí pero la lucha contra este terrorismo implica medidas que no son sólo políticas y policiales. Al menos cumplimos nuestro compromiso aliado cubriendo la defensa aérea de los países bálticos hasta mayo con cuatro cazas.