El Foro Milicia y Democracia. Esencia y futuro.

 

Se acerca la celebración de la Asamblea Ordinaria del Foro Milicia y Democracia. En ella, aparte de otros puntos del orden del día, se elegirá una nueva Junta Directiva. La Junta saliente, a la que pertenezco, fue elegida hace poco más de un año. Desde aquí quiero hacer unas reflexiones personales sobre la esencia y el futuro del Foro.

El Foro surge ya en plena democracia, como proyección ideológica de la Unión Militar Democrática (UMD), organización que existió entre el 1 de septiembre de 1974 y el 26 de junio de 1977, y que se auto disolvió una vez celebradas las primeras elecciones libres el 15 de junio de ese mismo año. El Foro hizo suyo desde el principio el ideario de la UMD (i). Parte de la esencia de este se recoge en el artículo 2 de sus estatutos.

En él, se dice asumir como objetivos la defensa de la democracia, de las libertades y de los derechos humanos, como sistema de valores esenciales para la sociedad española, velando para que se integren y mantengan dentro de las Fuerzas Armadas en calidad de reglas morales institucionales. Pretende difundir, para el conocimiento público y la reconstitución de la memoria histórica española, las actividades, las motivaciones y los objetivos de la UMD, así como de todos aquellos militares españoles que, a lo largo de la historia, han luchado por los mismos valores. Y pretende contribuir al estudio y análisis crítico del papel histórico de nuestras Fuerzas Armadas, especialmente durante la “Transición hacia la Democracia”, y del previsto para el futuro en el contexto del actual escenario internacional.

A la luz de estas constataciones estatutarias, nos podemos preguntar ¿qué parentesco tienen los objetivos del FMD con el ideario de la UMD? Yo diría que un parentesco de primer grado, pero teniendo en cuenta que el FMD desarrolla su actividad en el seno de una democracia formalmente consolidada y no en una dictadura como se movía la UMD. Por lo tanto, huelga ya abogar desde el Foro por la consecución de la democracia o las libertades y los derechos humanos –como lo hizo la UMD– porque dichos valores y principios ya los hemos conseguido para España y están tipificados en nuestra Constitución. Naturalmente esta Constitución se puede cambiar, pero esa tarea no es objeto del FMD. Lo sería, en todo caso, de las Cortes Generales aplicando el Titulo X de la Constitución.

La UMD fue por principio apartidista y así lo exigió a sus miembros, hasta el punto de que cuando alguno de ellos optó por militar de forma activa en algún partido político, tuvo que pedir la baja de la organización. Sería absurdo y “contra natura” que los socios del FMD –algún miembro del mismo lo ha afirmado por escrito– opinen públicamente en sus órganos de expresión, por ejemplo, que la UMD era republicana, extremo absolutamente falso. La UMD lo único que pretendía era darle el protagonismo a los ciudadanos, para que, mediante un sistema plenamente democrático, se construyera la convivencia entre todos los españoles. Por tanto, nunca se pronunció por monarquía o república. Esa es una decisión que correspondía y corresponde al pueblo español. Por lo tanto, el FMD, considerado como organización, debe ser escrupulosamente apartidista y neutral en sus manifestaciones políticas. Y así lo han de ser sus miembros cuando se expresan públicamente si es que se consideran coparticipes del ideario de la UMD.

El FMD, como lo hizo la UMD, debe impregnar sus actos con los ideales democráticos y ser adalid de las libertades y de los derechos humanos. Uno de sus objetivos debe ser la propagación de las libertades y derechos humanos, pero siempre desde la legalidad constitucional, el apartidismo y la sensatez hacia nuestras instituciones, tanto civiles como militares. El FMD debe velar también por que las libertades y los derechos humanos impregnen el sentir de nuestros militares en connivencia total con las características de disciplina, orden y rigor de los ejércitos.

En toda sociedad democrática es importante la memoria histórica para construir un futuro esperanzador, abierto y libre. Ese debe ser otro de los objetivos del FMD. Difundir y consolidar la memoria de las actividades, los ideales y los objetivos de los militares españoles que, a lo largo de la historia, han luchado por los valores democráticos y las libertades humanas. Y entre ellos están, en la historia reciente, los militares que pertenecieron a la UMD, cuyos ideales, motivaciones y objetivos deben ser conocidos por los españoles.

Ya a las puertas de la Asamblea ordinaria anual, me pregunto como Vocal del FMD, si desde la Junta Directiva, hemos llevado a cabo actuaciones enmarcadas en los objetivos que acabo de exponer, y con el rigor y la seriedad que el ideario de la UMD exige. En mi opinión, el FMD ha acometido algunas acciones de importante resonancia, entre ellas y como ejemplo destacado, el acto de concesión, a título póstumo, de Capitana de la Democracia a Carme Chacón, que fuera Ministra de Defensa. Pero a mi juicio, han sido insuficientes. Otras no han sido muy acordes con el ideario y los fines proclamados en el artículo 2 de los Estatutos, Así, por ejemplo, se han publicado en la web del FMD artículos tendenciosos y partidistas que no se adaptaban al ideario de la UMD que proclamamos y defendemos.

Hablando del futuro, y para terminar, no me cansaré de decir que los destinatarios de las actividades del FMD son, fundamentalmente, los militares, sin excluir, por supuesto, a la sociedad civil. Por lo tanto, las actividades, mensajes, aportaciones, y todo lo relacionado con los objetivos del FMD, deben ir en clave de moderación, sin aristas extremistas ni radicales. El lenguaje del FMD ha de ser el de la UMD. Un lenguaje moderado, apartidista en las formas y en el fondo y acorde con los valores y la legalidad democrática institucional. Un lenguaje dirigido a la gran mayoría de los militares excluyendo formas o mensajes propios de las minorías –exiguas, por otra parte– posicionadas en los extremos ultras de la derecha o de la izquierda. Si el FMD adopta con rigor el lenguaje dirigido a esta mayoría, tendrá carta de continuidad. Si dirige y centra sus mensajes a uno de los extremos ultras, cualquiera de ellos, estará firmando su desaparición.

i( ) Si el lector quiere consultar el ideario de la UMD, podrá hacerlo en el famoso “Libro marrón de la UMD” o en el magnífico ensayo de Javier Fernández López, “Militares contra Franco”, Mira Editores, Zaragoza, 2002.

José Miguel Bueno y Vicente

Vocal del FMD