La Junta de Andalucía teme a Marruecos

Hay un barco varado en el desierto, en los campos de refugiados saharauis próximos a Tinduf.

Hace dos años, un grupo de españoles presentamos un proyecto al Frente Polisario para reflotar ese barco y dedicarlo a hacer exposiciones itinerantes del arte y la cultura saharaui por los puertos europeos, incluido Estrasburgo, sede del Parlamento europeo. El Gobierno saharaui aprobó la iniciativa, aunque en la actualidad la ha paralizado provisionalmente.

Antes de presentar el proyecto tuvimos que buscar una base de operaciones para el barco. Pensábamos que el lugar más idóneo para amarrarlo en invierno sería la costa mediterránea andaluza.

Elegimos Andalucía porque durante la presidencia de Manuel Chaves, la Junta de Andalucía además de fomentar el urbanismo salvaje y perseguir a los que lo denunciaban, se dedicó a construir puertos deportivos inútiles, como el de Garrucha que permanece semivacío, por lo que en la actualidad, la Agencia Pública de Puertos de Andalucía dispone de 1.700 amarres sin ocupar.

Ante esta abundancia de amarres y tratándose de un proyecto cultural a favor del pueblo saharaui, creíamos que no habría problemas para que la Junta de Andalucía nos cediese uno de esos 1.700 amarres que tenía disponibles.

La respuesta de la Junta de Andalucía fue que no nos podían dejar atracar el Barco del Desierto en un puerto andaluz porque Marruecos podría molestarse.

Pero no termina aquí la historia. A la vista del fiasco con la Junta de Andalucía, solicitamos el amarre al Gobierno murciano y la concesión fue instantánea. Ese mismo día el Consejero de Turismo del Gobierno murciano nos comunicó que el Barco del Desierto disponía de un amarre gratuito en el puerto de Cartagena.

Creemos que esta incalificable postura de la Junta de Andalucía debe de ser conocida por los defensores de la causa saharaui, como también debe de ser pública la respuesta generosa y valiente del Gobierno murciano.