Restituto Valero Ramos

Publicado en Elperiodicodearagon.com

Con pocos días de diferencia han fallecido dos militares de los que pertenecieron a la UMD, Abel Ruiz Cillero y Restituto Valero Ramos. Cuando el Gobierno, presidido por Carlos Arias Navarro, decidió investigar a un grupo de militares por considerar que estaban participando en actividades delictivas muy graves, ellos fueron parte de los nueve que fueron detenidos. En estas mismas fechas ha fallecido otro militar que en su día adquirió cierta notoriedad, contra su voluntad, al ser acusado en un medio de comunicación, dirigido por Pedro J. Ramírez, de ser poco menos que el ideólogo y director de las acciones sucias del Gobierno contra terroristas de ETA, lo que una sentencia declaró falso, condenando a periódico y periodista. Su nombre: Emilio Jambrina. Sobre los tres se podría escribir una extensa necrológica, de esas que se estilan ahora, pero la intención de este artículo no es esa, ya que voy a recordar, en estas líneas, solo a uno de ellos.

Tras la sublevación militar del 18 de julio de 1936, la guerra se generalizó y toda España quedó dividida entre zonas que siguieron bajo el control del Gobierno y otras en manos de los rebeldes. El objetivo de estos, el primero, al menos, fue la conquista de Madrid, por lo que las fuerzas llegadas desde el norte de África se dirigieron, bajo las órdenes del general Franco, a ir avanzando de sur a norte, hacia la capital, por el oeste. La zona centro había quedado en manos de los republicanos y en medio de ese territorio se formaron bolsas de resistencia favorables a los sublevados, y una de ellas, la que resultaría más famosa, fue la del Alcázar de Toledo. Allí se congregó una buena parte de la Guardia Civil de la zona, más militares y simpatizantes, unas 900 personas, entre las que estaban el coronel Moscardó, primer mando, Blas Piñar o Milans del Bosch. La fortaleza era casi inexpugnable y fue resistiendo los sucesivos asedios de las tropas republicanas, aunque finalmente serían las fuerzas mandadas por el general Varela quienes resultarían vencedoras.

Cuando llevaban casi cincuenta días, desde el 22 de julio, encerrados en unas condiciones penosísimas, nació un niño el 9 de septiembre. Tras la conquista del Alcázar, la noticia se difundió por la prensa no republicana como si de un milagro se tratase y el niño fue bautizado como Restituto María del Alcázar. Fue un niño mimado por el régimen y utilizado convenientemente en labores de propaganda. Fue habitual verlo vestido de militar. Como icono de la época, quedó un retrato suyo con un nieto de Mussolini, vestidos ambos de uniforme.

Cuando tuvo edad ingresó en la Academia General Militar y, tras finalizar sus estudios, fue promovido al empleo de teniente del Arma de Infantería. Con una planta magnífica, más de 1,80, fuerte, se inclinó por unidades con un importante desgaste físico, especialmente la Brigada Paracaidista. Como tenía capacidad para los estudios quiso hacer el potente curso de Estado Mayor, lo que consiguió. Lo tenía todo, prestigio en unidades muy exigentes y la mejor formación teórica. Su carrera hubiese terminado en el generalato, sin duda.

Cuando estudiaba para preparar el ingreso en la Academia General Militar conoció a Luis Pinilla Soliveres. Pasó así a engrosar las filas de lo que, simplificando mucho, conocemos como FORJA, germen de futuros oficiales que poco a poco se irán alejando de las ideas del régimen. En aquellos años trenzó una sólida amistad con otro de ellos, Jesús Martín-Consuegra, que durará toda la vida y que será determinante en los pasos que Restituto dará para ingresar en la UMD, Unión Militar Democrática.

Los días 31 de agosto y 1 de septiembre de 1974, en Barcelona, en el domicilio del comandante Guillermo Reinlein, va a nacer esta organización. En Madrid la expansión va a ser rápida, siendo los miembros de FORJA los que más se apuntaron a la misma. Los servicios de seguridad enseguida tuvieron conocimiento de su existencia y comenzaron a seguirlos y a grabar algunos de los accesos a reuniones, como las celebradas en los días 9, 14 y 21 de julio de 1975, en diferentes domicilios, uno de ellos el de Restituto. Entre el 29 de este mes y el 1 de agosto se van a producir nueve detenciones, que darán lugar al proceso 250/75 de la jurisdicción militar. Fueron condenados por el delito de «conspiración para la rebelión militar», un verdadero disparate jurídico. La pena de Restituto fue de cinco años y separación del servicio.

De todos los expulsados del Ejército, fue el que peor lo pasó. Otros tenían estudios universitarios y se colocaron. Él tuvo que emigrar a Sudamérica, a plataformas petrolíferas, para ganarse la vida. Por ley 24/1986, de 24 de diciembre, se les concedió la amnistía. Xavier Fortes, periodista de La 1, hijo de otro integrante de la UMD, ha escrito: «Ha fallecido un hombre de honor». No hay más que decir.

*Militar. Profesor universitario. Escritor