Recuerdo emocionado de Carme Chacón, primera Ministra de Defensa de España

 

El próximo 16 de abril se cumplirán, ya, dos años de la desaparición de Carme Chacón, a los 46 años de edad. Trabajamos codo con codo durante su última etapa profesional, como abogada, que abordo con la ilusión y el sentido de la responsabilidad con los que se entregaba a todos sus proyectos.

Nos queda, no me cansaré de repetirlo, un recuerdo personal imborrable porque no es nada frecuente cruzarse en la vida con una persona provista de tales dones de vocación de servicio, tenacidad, simpatía, generosidad y profesionalidad. Todo al mismo tiempo y todo revuelto en aquel torbellino de energía que nunca sintió limitación alguna por la lesión cardiaca que padecía, restricción ninguna a su nobleza ni temor alguno para su valentía. De fuerte personalidad, firme y convincente siempre, jamás intransigente ni intolerante.

Mujer de la transición y de la democracia, feminista natural y convencida, nos cambió a muchos el paso en ese aspecto. Socialista auténtica, nunca la echaremos bastante de menos sus compañeros y compañeras. En pocas personas he visto asumir de forma tan sincera la idea profunda del estado social de derecho, la superioridad de los ideales sobre los intereses.

Diputada en varias legislaturas sucesivas, candidata más votada en la Historia de Cataluña. Vicepresidenta del Congreso, el servicio público fue siempre su vocación primera.

Como Ministra de Vivienda, desarrollo medidas de apoyo a los alquileres de los más jóvenes, entre otras muchas.

Como Ministra de Defensa, promovió la Ley de derechos y deberes de los militares, la igualdad de género en el Ejercito, la reforma del Reglamento de Honores Militares, la desclasificación de secretos oficiales de la guerra civil, viajo 18 veces a Afganistán, a Haití, a Somalia, a Kosovo a todos los epicentros de los conflictos bélicos del momento, muchos de esos viajes embarazada de varios meses.

No descubro nada al recordaros que uno de sus ideales fue la transformación democrática de la milicia, llevada por ese amor a España que de forma tan prudente sentía y por esa ambición de seguir reformando, año tras años, nuestro país en la senda de una democracia verdadera y extendida. Sus logros están ahí y nadie después se ha atrevido a modificarlos. El general Julio Rodríguez hace cumplida cuenta de los mismos en su libro testimonial ·”Mi patria es mi gente” que contiene bellísimas páginas sobre la Ministra. El rostro de España nos decía con toda la razón, ha dado la vuelta en pocos años a impulsos de los saltos de progreso auspiciados por el Partido Socialista.

Carmen fue mujer, madre, catalana, española, trabajadora, política, constitucionalista y abogada. Y en todas las facetas y en todos los tramos de su vida fue una persona excepcional.

Hoy, en marzo de 2019, su ánimo ya preocupado por la situación del país en los primeros meses de 2017 estaría, con seguridad, enormemente concernido por lo que está sucediendo. Hemos sufrido todas y todos enormes estragos a raíz de la muerte de Carme. Pienso que el gran damnificado ha sido nuestro país. Hoy, más que nunca, echamos en falta su voluntad de servicios. su apoyo a las causas de los más débiles, su orgullo progresista, su capacidad de diálogo, su sentido de la lealtad, sus propuestas federalistas fundadas siempre en búsqueda de lo razonable, de lo pragmático, de lo realista. Amante del diálogo, del consenso, de la generosidad que fueron  los grandes valores de la Transición política española, la pagina más brillante de nuestro siglo XX.

Hoy, españoles y españolas, queridos amigos de la UMD, recordemos otra vez y para siempre a la Ministra más querida, la Ministra de defensa de España fue también ministra de defensa del progreso, del feminismo, de la igualdad y de la regeneración democrática, a la política honrada cuya admiración despierta inéditas unanimidades, a la gran capitana de la democracia, Carme Chacón Piqueras.

*Abogado. Socio Fundador de Ramón y Cajal Abogados.