Militares contestatarios

Publicado en Nuevatribuna.publico.es/

Los militares contestarios franceses han esgrimido los mismos argumentos que los militares contestatarios españoles.
macron acto militar

Se acabó. Spain is no longer different. Lo acaban de mostrar ciertos sectores militares franceses, que, a imitación o en sintonía, con lo que hicieron sus correligionarios españoles hace unos meses, han publicado cartas, teóricamente dirigidas a las más altas autoridades nacionales, pero en realidad a toda la ciudadanía de su respectivo país y de toda Europa, pretendiendo alertar sobre la descomposición de sus respectivas sociedades, pero, en realidad, amenazando con que o se cambia el rumbo o aquí va a haber problemas.

Hasta la secuencia general ha sido la misma o enormemente parecida: primero generales retirados o en situaciones administrativas ya ajenas al servicio activo (de mando), de forma explícita y firmada; a continuación, la adhesión, bastante más cuantiosa, a sus análisis y demandas (más bien exigencias) de personal en activo de forma anónima para evitar sanciones (en Francia estas adhesiones se han producido los pasados 9 y 10 de mayo del año 2021 en curso).

En España rápidamente se lo achacamos al franquismo, a la nostalgia del franquismo o al residuo de la mentalidad franquista. ¿Y en Francia? ¿Nostalgia del régimen de Vichy, de los intentos de golpe de Estado contra la IV República en mayo de 1958 y contra la V República en abril de 1961, del extinto Imperio?

En Francia, la Agrupación Nacional, el partido de Marie Le Pen, no ha tardado en aplaudir y justificar la carta y sus adhesiones. En España, Vox hizo algo parecido: “son de los nuestros”. Invitando ambos a los firmantes y adheridos a sumarse a sus respectivos partidos como militantes o simpatizantes. Tampoco parece que hiciera mucha falta. Seguramente ya les votaban desde antes.

¿Fascistas, neofascistas, neonazis, ultraderecha o extrema derecha? Y así podemos meter en el mismo saco a sus muchas diferentes manifestaciones en los distintos países europeos. Pero el nazismo y el fascismo de los años treinta tuvieron sus características muy específicas. ¿Realmente podemos entender a los militares “contestatarios” franceses y españoles e, incluso, a los partidos que pretenden ampararlos, Agrupación Nacional y Vox (¿solo?), escudriñando ese nazismo y aquellos fascismos?

Porque los militares contestarios franceses que nos acaban de sorprender han buscado los mismos argumentos que buscaron los militares contestatarios españoles en su día. Quieren defender el orden establecido, no cambiarlo. Quieren alertarnos, a ciudadanos y autoridades, de que ese orden se está desmoronando y exigen a las autoridades que lo eviten, que den un golpe de timón, porque si no, alguien tendrá que darlo.

Los militares contestarios españoles apelaban a su particular interpretación de la Constitución (de 1978) y del acomodaticio bipartidismo que empezó a desaparecer hace seis o siete años. De ahí lo de social-comunismo. Lo de ¿no tenemos bastante con las Autonomías? ¿Ahora también federalismo y separatismo? Lo de los amigos de ETA.

Y sobre todo, lo de los “valores”: cristianos, europeos (del hombre blanco), decentes (se es hombre o mujer, nada más), dignos (matrimonio y procreación), de orden (incluida la suficiente autonomía militar para poder tener, bajo la dirección del rey, su mando supremo, la última palabra en las “grandes cuestiones políticas nacionales”), clasistas (sociedad nacional jerarquizada, sociedad internacional jerarquizada), burgueses (derechos civiles y políticos sí; económicos, sociales y culturales, solo en lo que sea posible).

Es decir, lo mismo o muy parecido a lo que reclaman los militares contestarios franceses en nombre de su particular concepción de la República Francesa y de la grandeur française. Glorias pasadas, incomprensión del presente.

Fascistas o neofascistas o no, como en realidad se nos aparecen es como aspirantes a “conservadores”, “conservadores retrógrados”, de un mundo que lucha por seguir superando privilegios y desigualdades. Ellos, los militares contestarios, pero también, por supuesto, todo ese mundo político que les estimula, todo ese mundo social en el que están insertos, que, como demuestran las elecciones, aquí y allende los Pirineos, es incluso todavía mayoritario en casi todas ellas.

No son, con todo, estos militares contestatarios, los conservadores retrógrados más dañinos. Les superan con creces los insertos en la finanzas, en la judicatura, en los medios de comunicación. Pero son los que más asustan porque tienen las armas y saben usarlas. Y desgraciadamente, con frecuencia, los más manipulables.

Enrique Vega Fernández, coronel de Infantería (retirado)
Asociación por la Memoria Militar Democrática