El general Francisco Franco y su curiosa hoja de servicios (II)

Publicado en el blog http://www.angelvinas.es/

Su primer y mitificado momento estelar

 

Al caso del original de la hoja de servicios de Franco y de sus documentos colaterales, quizá “extraviados”,  no les es aplicable estrictamente el dicho aquel del “todo se ha perdido, menos el honor y la vida”. Y no lo es porque, en puridad, existe desde hace muchos años una publicación que dice contener la dichosa hojita. A ella nos referimos en EL PRIMER ASESINATO DE FRANCO pero solo de forma somera, en otro contexto y con diferentes pretensiones. Me expreso, no obstante, con estudiada propiedad: quien la publicó no solo no lo hizo en su totalidad sino que, además, la “apañó” borrando unas líneas importantes como demostraré en un post ulterior. Pensar que esto pudiera hacerse en la España de Franco sin que SEJE lo supiera y/o diese su consentimiento me parece un desvarío. Es más, la dichosa hojita se detiene, ¡oh, cielos!, cuando todavía quedaba mucho por hacer al general Franco en términos de gloriosas e imperecederas victorias.

 El autor de la extraordinaria hazaña de publicar en tiempos de dictadura una hoja de servicios de su venerado superior hizo una advertencia preliminar. Creo, para lo que vendrá en ulteriores posts, que lo más conveniente es dejarle la palabra. Los amables lectores verán que merece la pena. De antemano, me excuso por la molestia que pueda causarles el ojear un texto que no es mío. Considérenlo como EPRE, es decir, evidencia primaria relevante de época.

COMIENZO DEL TEXTO

“No es este un libro más sobre el Caudillo de España. No intentamos presentar aquí una obra literaria cuajada de opiniones más o menos acertadas sobre su destacada actuación. Nuestro propósito, guiado por una mano castrense, es más concreto y limitado. Y así empezamos por advertir que no somos nosotros los que vamos a hablar (sic), sino los hechos, narrados con estilo sencillo pero verídico, en la “Hoja de Servicios” del Caudillo. Vamos a tratar de una realidad ajena a toda complicación, pues el concepto “Hoja de Servicios” es familiar a todo militar que sabe se van anotando en ella –no por el propio interesado, sino por sus jefes respectivos- las peripecias de cada vida dedicada al ejercicio de las armas. Ahora bien: naturalmente no todas las “Hojas de Servicio” son iguales, sino por el contrario y precisamente muy distintas. Tanto como son también diversos los individuos de que proceden. Por ello es posible que haya muchas “Hojas” anodinas, vulgares; algunas, más o menos interesantes, destacadas; y otras, pocas, extraordinarias. La hoja de servicios que vamos a transcribir es extraordinaria por encima de toda ponderación. Puede decirse -sin temor a exagerar- que es única en la historia del Ejército español. Y como tal es capaz por sí sola de plantear cuestiones de gran envergadura, pues al leerla en su totalidad no podemos por menos de preguntarnos:

¿Cómo es posible que la biografía de un ser humano presente tal unidad de propósitos y realizaciones, que le lleven desde el simple empleo de Alférez de Infantería a alcanzar la máxima magistratura del Estado?

¿Cuál pudo ser la causa originaria y eficiente de ese continuado y rectilíneo proceso ascendente?

¿Es posible que haya sido la voluntad individual -por muy clara y enérgica que ésta haya sido- la que dirigió a priori el desarrollo de ese hecho histórico tan extraordinario? Debemos descartar esta última posibilidad, pues la voluntad de un ser humano por sí sola -aunque la suerte le acompañe- no parece pueda considerarse causa suficiente de tan singular acontecimiento. Por ello nos vemos obligados a pensar, a partir de la lectura de la “Hoja de Servicios” del Generalísimo, en el carácter trascendente de su vida, considerándola como un caso manifiesto de predestinación histórica. La lectura de este documento nos lleva como de la mano a pensar en ese tema abstruso y elevado, en ese problema de la máxima complicación teológica y filosófica. Pero son obvias las razones porque no vamos a ocuparnos de él aquí. Nos conformamos con presentar a la atención y estudio de los doctos, ese trampolín de la “Hoja de Servicios” para que, apoyándose en ella, puedan dedicarse a dilucidar las cuestiones de fondo que su lectura pueda sugerirles. Solo esclareciendo éstas y no reduciéndose a lo anecdótico, como hasta ahora se ha hecho, podrá llegarse a comprender el esencial significado de ese hecho histórico del Caudillaje que se produjo como algo absolutamente necesario en un momento de crisis de la Unidad de España.

A parte (sic) de nuestro intento de poner de relieve -como hemos dicho- el carácter trascendente que pueda resultar de un profundo estudio e interpretación de los documentos que presentamos, nuestro propósito y esperanza al hacerlo, estriba en que esa recopilación documental pueda servir de ejemplo, no solo a los militares jóvenes y futuros, sino también a todos los españoles, de cualquier clase que sean, al ver el éxito de una vida absolutamente dedicada, con fe y entusiasmo, a la profesión elegida, una conducta a imitar en el ejercicio de cualquier actividad estatal”.

FIN DE LA CITA

No haré exégesis del tono ampuloso del lenguaje. Tampoco me sumergiré en el análisis del texto echando mano de las técnicas correspondientes. Lo dejo para otros. He puesto en itálicas aquellas expresiones que me parecen más significativas para la mejor comprensión de lo que escribiré en los próximos posts. Me limitaré a señalar dos características: a) el realce, hasta alcanzar una altura inmarcesible, de la figura de Franco como ejemplo para los españoles todos, militares y no militares, es decir, queridos lectores, para ustedes y para mí; b) el aleteo no solo del destino, descendido desde las mencionadas alturas sobre el personaje, sino la “demostración” de la eficacia de una voluntad Superior que hizo de Franco una de las figuras más trascendentes de la historia de España. [Preguntas: ¿de quién sería tal voluntad superior?. ¿Osaremos pensar que se trataría del Altísimo?].

El autor de los largos párrafos transcritos anteriormente y de los comentarios y añadidos a la supuesta “Hoja de Servicios” del general Francisco Franco fue el coronel de Artillería Esteban Carvallo de Cora, marqués de San Juan de Carvallo. Gracias a Mr Google, puede saberse que falleció en Madrid el 18 de febrero de 1982. De no haber estado impedido, habría visto la evolución de la historia de España a lo largo de los cinco o seis años posteriores al óbito de su admiradísimo superior. No llegó a ver el 23-F.

El trabajo en cuestión se encuentra a la venta en diversas páginas de Internet a precios relativamente módicos. Desde 40 euros a cerca de 100 dólares. A mi me pareció un despilfarro adquirirlo y me contenté con una fotocopia que me hicieron unos buenos amigos. Se publicó en Madrid en 1967 y, al menos en mi fotocopia, no figura editorial o imprenta algunas. Lo adornan y expanden varios documentos al apoyo (el único que aquí me interesa fue cercenado un pelín, consciente o inconscientemente) y una extensa genealogía destinada a probar la nobleza y alta alcurnia de la familia Franco.

Como he indicado en la introducción a este post me parece absolutamente imposible que SEJE no conociera tal publicación. El autor afirma, en la relación de fuentes consultadas, que la hoja de servicios se encontraba en el archivo del Consejo Supremo de Justicia Militar. Ignoro si todavía continúa allí. Me han llegado rumores de que había sido trasladada a otro archivo en el que, por esas cosas que ocurren, dicen que ha desaparecido. InfoLibre, por su parte, ha afirmado que se desclasificó en 2001, pero ¿imagina el lector que una joya documental del Ejército y de un valor incalculable se encuentre en paradero no fácilmente identificable? En mi modesta opinión debería haber sido digitalizada y puesta en la red por el archivo correspondiente. Si la información del conocido diario digital no correspondiera a los hechos se explicaría mejor mi ignorancia -pero reconozco humildemente no ser un especialista- porque tampoco he visto muchos trabajos que hayan profundizado en las entrañas de los archivos de dicho Consejo.

De aquí una sugerencia, muy modestita, a la intención del Gobierno que se forme tras las próximas elecciones: después de la exhumación de SEJE, quizá deberían tomarse medidas para que tan preciado documento pueda divulgarse en la red. Así los historiadores y aficionados podrían contrastar, gracias una fuente absolutamente primaria, las hipótesis que contiene esta serie de posts. Por el momento, no son más que eso. Y añadir las que consideren pertinentes. No hay historia definitiva.

Reconozco con toda sinceridad que me cuesta trabajo pensar que tal joya documental haya podido sufrir algún percance y/o que alguien (siempre hay que tener en cuenta que en este mundo  existe la maldad e incluso la maldad absoluta) se la haya podido llevar a algún lugar ignoto. Sería lamentable que  se hubiera podido sustraer al conocimiento de los españoles y extranjeros interesados un papelín de una, al parecer, importancia absolutamente capital.

Ha sido preciso superar una larga batalla judicial para exhumar los restos mortales del general Francisco Franco, pero me aterra que el reflejo preciso y oficial de su excepcional carrera, sobre todo hasta junio de 1936, pudiera haberse extraviado.

En el interín, debemos contentarnos con la “hoja de servicios” reproducida por el marqués y coronel de Artillería Carvallo de Cora como una transcripción más o menos fidedigna, en el bien entendido que se detiene -por razones no explicadas- en el momento en que Franco, general de brigada nombrado por Real Decreto de 3 de febrero de 1926, se trasladó a Madrid. Todo lo que tan distinguido genealogista escribió después sobre la trayectoria de su admirado superior no es sino una mezcolanza de elogios y de comentarios respecto a la actitud de Franco en los años republicanos. La fuente podría ser cualquier periódico de la época, sobre todo si era de derechas. De “hoja de servicios” en sentido estricto, rien de rien.