José I. Domínguez: ´España es la democracia más limitada de Europa con diferencia´

Publicado en Diario de Mallorca por Virginia Eza Palma.- En el verano de 1974 un grupo de militares, influenciados por la Revolución de los Claveles portuguesa, creaba la clandestina Unión Militar Democrática, cuyo ideario era el restablecimiento de las libertades democráticas. Cuando los máximos dirigentes de la UMD fueron detenidos en el verano de 1975, José Ignacio Domínguez (Madrid, 1945) se convirtió en su portavoz en el exilio. Fue procesado en rebeldía y condenado en Consejo de Guerra a siete años de prisión, aunque no llegó a entrar en la cárcel. La llegada de la democracia no supuso la rehabilitación de estos militares y Domínguez se convirtió primero en piloto de Iberia y, después, en abogado especializado en cuestiones contra la  especulación urbanística. La pasada semana intervino en un acto de homenaje a la UMD en el Colegio de Abogados de Balears.

A finales de la dictadura franquista un grupo de militares crearon la Unión Militar Democrática. Un año después, nueve miembros de esta organización clandestina fueron detenidos y Domínguez se convirtió en el portavoz de la UMD en el exilio. Hasta 2010, no fueron rehabilitados.

José Ignacio Domínguez se opuso a la dictadura de Francisco Franco desde el seno del ejército. Portavoz de la Unión Militar Democrática en el exilio, tuvo que esperar demasiados años para ver a sus compañeros rehabilitados.

 

En el régimen de Franco, usted formaba parte de un sector privilegiado de la sociedad. ¿Qué le llevó a oponerse a la dictadura?

-En primer lugar veía el funcionamiento del Ejercito, que más que un Ejército profesional era una milicia de partido. Estaba compuesta por señores que habían ingresado no por vocación militar, sino por motivos políticos, para derrocar a la República. Los que habían participado en la guerra eran comandantes, tenientes coroneles, algunos coroneles… No eran militares profesionales. Algunos incluso se habían apuntado el mismo 18 de julio porque se apuntaron a un golpe de Estado para derribar una República, no para seguir una carrera militar. Viendo esto, leyendo algunos libros prohibidos… Me di cuenta de que nos habían engañado. La educación militar que nos habían dado en la Academia no tenía nada que ver con la verdad, aparte de ser obsoleta y de bajo nivel.

¿Cuando ingresó en la UMD?

-El 1 de septiembre de 1974, con miembros solo del Ejército de Tierra. Yo me apunté en diciembre de ese año. No fui fundador, aunque sí el primer miembro de Aviación. Cuando se produjeron las detenciones de 9 militares de la UMD estaba fuera de España de vacaciones. Consulté y la UMD decidió que no regresara y que actuara de portavoz en el exilio.

¿Por qué se conoce tan poco la historia de la UMD?

[pullquote]La UMD no es conocida por los pactos de la Transición, como el que los muertos sigan en las cunetas[/pullquote]-El que no seamos conocidos forma parte de los pactos de la Transición, como tantas otras cosas. Recientemente Raúl Morodo dijo que la Transición fue una transacción. Efectivamente. Los partidos de la oposición al franquismo, los demócratas, tuvieron que ceder en muchos asuntos que aún siguen vigentes. Entre ellos está la cuestión de la memoria histórica, el que no se remueva el pasado, en especial en el tema militar. No se estudia en ningún colegio nuestra historia reciente, pero es que además se ha tratado de ocultar. Todo esto forma parte de los pactos de la Transición, como forman parte de esos pactos el que los muertos sigan enterrados en las cunetas, que los niños desaparecidos no aparezcan, que la Iglesia se siga financiando con fondos públicos y apropiando de los bienes de titularidad pública. O el que las sentencias dictadas por los consejos de guerra, en situación de absoluta indefensión, sigan vigentes cuando fueron auténticos asesinatos. Eso no pasa en ningún país serio.

¿A qué cree que se debe ese desinterés después de casi 40 años de democracia?

-Es que a los partdos no les ha interesado remover el asunto. Han sustituido a los franquistas cogiendo sus vicios y han creado un sistema opaco. Los militares no exigían en la Transición a los partidos políticos que las listas electorales fueran cerradas. Eso lo crearon los propios partidos para tener en su poder la decisión de quién era diputado y quién no. Los diputados no son representantes del pueblo sino de los partidos. Y tantas y tantas cosas. Por ejemplo el artículo 15 de la Constitución, del que nadie habla, que legaliza la pena de muerte y sigue vigente. Fue imposición de los militares y ahí se ha quedado. Podían haberlo cambiado pero no tienen interés. Solo les interesa mantenerse en el poder y enriquecerse.

¿Le sorprende el éxito que ha tenido el término de casta política?

-Lo entiendo perfectamente. Es que yo he sufrido además la persecución de esta casta. No es solo que sean casta los que se benefician de los medios públicos que tienen en sus manos, sino que en mi caso los han utilizado para perseguirme.

¿A qué se refiere?

[pullquote]Como abogado ecologista sufrí el acoso del PSOE. Al oponernos al urbanismo salvaje tocábamos su bolsillo[/pullquote]-Yo me enfrenté ya en los años noventa a los especuladores y urbanizadores en Andalucía. Eso me supuso cinco querellas criminales por calumnias, apoyadas por lo que se denomina la casta. Utilizaban el poder que deposita el pueblo en sus manos, el de las administraciones que controlan, para perjudicarme. Incluso usaban a la administración de Justicia. Le mandé una carta a Chaves, cuando presidía la Junta, explicándole que en Almería los abogados ecologistas éramos víctimas de un acoso por parte del PSOE. No me contestó. En Ferraz estaba entonces José Blanco y tampoco contestó. Es que lo que hacíamos era impedir la financiación ilegal. Al oponernos al urbanismo salvaje les estábamos tocando el bolsillo. Hubo tres letrados condenados por calumnias. Yo me salvé de milagro por cosas como defectos de forma o prescripciones. Siempre digo que en tiempos de Franco me metieron tres querellas, y en la democracia, cinco.

Pero con Franco sí fue condenado.

-Sí. Me condenaron a siete años de cárcel por conspiración para la rebelión, si no recuerdo mal. En la Ley de Amnistía hubo un artículo dedicado sólo a Antonio Herrero y a mí. Decía que a los militares que hubieran sido condenados no se les reincorporaría al servicio, y a los pendientes de condena tampoco. Los únicos pendientes de condena éramos nosotros dos.

¿Tenía la esperanza de que con la llegada de la democracia regresaría al Ejército?

-Sí. Estaba convencido. No tenía la menor duda porque confiaba en que los líderes de los partidos de la oposición al régimen no nos dejarían tirados en la cuneta. Pero lo hicieron, igual que dejaron a sus muertos en las cunetas. Fíjese el nivel moral de estos personajes.

¿Les llegaron a explicar el motivo?

-Nos dijeron que había una gran presión militar y que los militares no admitían que volviéramos al Ejército. Pero después, hablando con Alfonso Guerra por ejemplo, nos contó que la oposición a que volviéramos al Ejército no venía de los militares sino de los líderes de la izquierda, a los que no les merecía la pena que se enfadaran los militares por solo nueve que éramos nosotros. Ese enfado hubiera durado poco, realmente. Pero no les compensaba y muchos líderes políticos de la izquierda se opusieron a nuestra amnistía. Hubo uno del PCE que nos acusó de protagonismo. A mí, Satrústegui, que nos había defendido mucho, me dijo que lo que no podíamos hacer era pasar factura, es decir, pedir privilegios por defender la democracia en tiempos de Franco. Yo le dije que los que nos pasaban factura eran ellos, que nos recriminaban haber sido demócratas en tiempos de Franco y nos lo hacían pagar no reincorporándonos al Ejercito. Felipe González no mostró el menor interés en darnos la amnistía, más bien lo contrario.

Al final, tampoco calmaron a los militares, como lo demuestra el golpe del 23F.

-Claro. Eso se hubiera producido con nuestra vuelta o sin ella. Nuestra vuelta sólo hubiera supuesto una ayuda a la democracia, en la medida en que se trataría de una imposición del poder civil frente al militar. El golpe de Estado del 23 F no me sorprendió. Se sabía que iba a ocurrir. No se sabía el día y la hora, pero sí que se estaba tramando. Ya había habido otros intentos y el ambiente era golpista, pero no hacían nada, ni el Gobierno ni los americanos, que estaban totalmente al tanto del 23F. Después el Gobierno, tanto el de la UCD como el del PSOE, lo que hizo fue promocionar a los golpistas. Por un lado perseguían a los demócratas de la UMD y en cambio a los golpistas los ascendían. Es el caso por ejemplo del general Caruana, que el 23 F era gobernador militar y siguiendo órdenes de Milan Del Bosch detuvo al gobernador civil. En premio, en octubre le ascendieron a teniente general y le dieron la capitanía general de Zaragoza.

Al final el Gobierno socialista sí les amnistió.

-Sí. En contra de Narcís Serra, que se opuso en todo momento, en enero de 1987 nos dieron una amnistía formal por iniciativa de Alfonso Guerra. Nos permitieron volver al Ejército pero no nos daban destino. Los tres o cuatro que lo intentaron, pidieron al final la reserva. Yo directamente pedí pasar a la reserva. En 1988, siendo Narcís Serra ministro de Defensa y Suarez Peltierra subsecretario, me abrieron un expediente gubernativo porque cuando nos dieron la amnistía en 1987 pedí la medalla que te dan por antiguedad, la Cruz de San Hermenegildo.

¿No podía hacerlo a pesar de la amnistía?

-Tenía derecho a ella por antiguedad, pero te la dan si tienes un comportamiento honroso. Yo quería saber si ser de la UMD era deshonroso o no, y la pedí. La respuesta fue la apertura de un expediente gubernativo. Me estuvieron interrogando un juez militar, el coronel Martín Sánchez, y un secretario, el teniente coronel Blanco. Me recriminaron que en el exilio me relacioné con políticos.

¿En qué año fue eso?

[pullquote]Los partidos sustituyeron a los franquistas cogiendo sus vicios y han creado un sistema opaco[/pullquote]-En 1988. La gente ya se creía que esto era una democracia. Es que tenga usted en cuenta que España ingresó en la Unión Europea estando vigente el Código Penal de Franco, en el que los militares podían legalmente juzgar a civiles. En ese interrogatorio me acusaron, por ejemplo, de haberme relacionado en el exilio con Alfonso Guerra, que entonces era el vicepresidente del Gobierno. Es decir, me estaban acusando de haberme relacionado con el vicepresidente como si fuera algo deshonroso. Yo estuve muy conciliador hasta que empezaron a tocar el tema de los fusilamientos de Franco. Me dijeron que había condenado, en la rueda de prensa de París del 13 de octubre de 1975, los últimos fusilamientos de Franco y que había dicho que eran unos asesinatos. Le dije que sí, porque lo eran. Me ratifiqué. En ese expediente gubernativo resulté condenado a no darme la medalla porque había faltado al honor militar por condenar los fusilamientos de Franco. Al final, la Moncloa intervino porque tenían miedo de que saliera en la prensa todo eso y al cabo de uno o dos años me la dieron de tapadillo.

Después les hicieron un homenaje en el Congreso.

-Hubo un acuerdo del Consejo de Ministros con el Gobierno de Zapatero. Vino, además de por Chacón, por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el teniente general Julio Rodríguez, que nos apoyó en todo el proceso de rehabilitación. Hasta el año 2010 la UMD era una cosa reprobable. Hasta ese año no nos reconocieron que era algo honorable. Cuando el Consejo de Ministros hizo una declaración defendiendo la honorabilidad de la UMD y los militares que defendieron la democracia en tiempos de Franco, ya fue una rehabilitación. Después la ministra nos concedió las medallas.

Es decir, tuvieron que pasar 35 años para que se reconociera a militares que defendieron la democracia.

-Es que yo creo que la Guerra Civil todavías no se ha superado del todo y que aún sufrimos las consecuencias. Por ejemplo, no tenemos un ejército unificado como el de Alemania cuando cayó el muro de Berlín. Seguimos teniendo el ejército de los vencedores porque aquí no hubo una reconciliación. Lógicamente se ha producido un cambio generacional y ya no es lo mismo. Pero la reforma militar no la han hecho los políticos sino el crecimiento vegetativo. Los señores de la guerra se han ido jubilando o muriendo y ha entrado gente que desconoce estos antecedentes y no tienen estos odios y rencores.

¿Conoce las denuncias del teniente Segura por corrupciones en el Ejército?

-Eso es herencia del franquismo. En tiempos de Franco había una corrupción impresionante, que era caciquismo porque más que un Ejército era una milicia de partido. Ahí los generales se eternizaban y usaban al Ejército al servicio propio. Lo que cuenta el teniente Segura es pecata minuta con lo que ocurría entonces.

¿Como definiría nuestra democracia?

-Como una democracia muy limitada, la más limitada de Europa con diferencia. Me refiero al ejercicio de las libertades y al reconocimiento histórico. En el tema militar hay una absoluta incertidumbre sobre los derechos y deberes de los militares, que era un punto del ideario de la UMD. Eso no se tocó hasta 2011, con la ley de Derechos y Deberes de los militares, pero esta ley sigue sin desarrollarse. No sabemos dónde acaban los derechos de asociación o de la libertad de expresión.

¿Tiene esperanza de que se desarrolle?

-Bueno, el tiempo juega a favor,. No a corto plazo, pero esta situación no se puede seguir manteniendo. La gente se entera de lo que pasa en otros ejércitos y otras sociedades y tarde o temprano habrá que avanzar. El PP ha presentado una iniciativa para seguir limitando la libertad de asociación de los militares. Ellos dicen que va dirigido a que no se creen bandas de hinchas ultras deportivos. La realidad es que eso va contra el círculo de Fuerzas Armadas de Podemos. Nadie lo dice, pero se lo digo yo con toda seguridad. Va contra ellos, contra Podemos.

¿Usted ha tenido alguna vez interés en involucrarse con algún partido?

-No. Me llevé una gran decepción con todos los dirigentes de los partidos con la Ley de Amnistía. Me sentí absolutamente traicionado y renegué de ellos. Me propusieron ser de Ciudadanos. No tengo nada en contra de ellos, pero no me interesa, ni con Ciudadanos ni con ningún partido. El que menos me disgusta es Podemos, que no sé el papel que desarrollará, pero al menos ha servido de Pepito Grillo de los partidos, de toque de atención a todos estos señores de la casta.